El taller del toto

A Vox le hace falta un taller intensivo de información, humildad y humor urgente

06 de abril 2022 - 01:47

Hemos sabido que en la machadiana Soria, con el apoyo del Consistorio local, se imparte un taller en el que se pintarán vulvas para visibilizar la genitalidad de la mujer. Lo imparte la experta en totos Laura Marín Serrano, a la sazón creadora de la marca Olé tu toto y de las llamadas Toto Bags, bolsas de material sostenible que se personalizan con dibujos exclusivos.

Las participantes al taller (damiselas a partir de 16 años) han de llevar camisetas para que puedan pintarrajearse con bonitos reclamos sexuales. Asimismo podrán dibujar también su concepto de vulva en una Toto Bag para sacar el asunto a la calle, visibilizar el toto y reivindicar, en fin, el placer femenino del monte de Venus (el popular chochete) en clave de liberación patriarcal.

En Castilla y León Vox ha arremetido contra este foro de arte lúbrico sobre la vulva. Aducen que lo que Soria necesita es dinero e inversión, no pervertir a sus magníficas adolescentes y púberas con talleres guarrindongos. Sus camaradas de Vox en Sevilla arremetieron en su día contra la ya célebre procesión del Coño Insumiso, que es lo más parecido a la exaltación pública de la vulva que hemos tenido por estos pagos del Mediodía. Su causa quedó desestimada por la Audiencia Provincial.

La escuadra de Abascal está ojo avizor a toda cuestión que considera infamante a las esencias morales o religiosas de los católicos en general. He ahí el error. Muchos católicos heterodoxos estarían de acuerdo en que se realizaran talleres sobre la vulva juguetona si, en igualdad democrática, se fomentaran cursos entre nuestros chavales sobre, por ejemplo, cómo repensar el pene en libertad o, ya puestos, cómo defender el valor histórico del noble testículo ante la nueva virilidad o la masculinidad tóxica, a lo Vladimir Putin, de la que quieren librarnos otros homínidos con rabo, como es el caso de Jordi Elgström o del fatigante Octavio Salazar Benítez. Sólo habría que discutir si estos cursos merecen o no el apoyo pecuniario de la cosa pública.

Hace nada Vox también criticó con supina ignorancia histórica que el presidente Moreno Bonilla acuñase la expresión "Fiestas de Primavera" y no hablase de Semana Santa para no herir ciertas sensibilidades de progreso a la vichisuá (léase la columna de Carlos Colón respecto a los carteles de Sevilla pintados por Jiménez Aranda o García Ramos). Dijeron que el presidente había herido a los católicos, sin hacer distingo alguno. A Vox le hace falta un taller intensivo de información, humildad y humor urgente.

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