Día 1: Un viaje en el tiempo

Nuestra aventura comienza en la Puerta de Sevilla, una impresionante construcción que nos da la bienvenida a la ciudad. Este antiguo acceso, que se remonta al periodo almohade, nos da paso al rico pasado de la historia de Carmona. Cerca de allí, en las ruinas del Alcázar tenemos una vista panorámica espectacular, ideal para hacer fotos y admirar el paisaje.

No muy lejos, encontramos la Iglesia de Santa María, una obra de arte arquitectónica que mezcla estilos góticos y renacentistas. Su belleza representa la riqueza artística de Carmona.

Al mediodía, es hora de probar la gastronomía local. El casco antiguo está lleno de restaurantes acogedores donde se pueden probar toda clase de platos típicos de la región, como el rabo de toro o la cazuela carmonense.

Por la tarde, un lugar que no podemos perdernos es la Necrópolis Romana, un conjunto funerario impresionante que nos habla de las antiguas costumbres y creencias. Este lugar, que data del siglo I d.C., es uno de los más importantes de su tipo en España.

Para terminar el día, un paseo por la Plaza San Fernando nos permitirá relajarnos, disfrutar de las tiendas locales y tomar un café en alguna de sus encantadoras cafeterías.

Día 2: La vida local y la naturaleza

En el segundo día en Carmona descubriremos la vida cotidiana de sus habitantes. Comenzamos en el Mercado de Abastos, donde el ambiente y la variedad de productos nos tendrán horas ocupados mirando las vitrinas y probando diferentes cosas.

Luego, con una visita al Parador de Carmona nos pararemos a tomar un café con vistas de la vega. Este lugar es un punto de referencia en la ciudad.

Para comer, una opción deliciosa es ir a un cortijo típico andaluz en las afueras de Carmona. Estos cortijos son fincas rurales donde podremos disfrutar de la comida tradicional en un entorno tranquilo y natural.

Por la tarde, si nos animamos, una actividad ideal es realizar una ruta de senderismo. Hay varias opciones que nos permiten apreciar el paisaje natural y la flora de la región.

Finalmente, concluimos nuestro viaje disfrutando de la noche en el centro de Carmona. Una cena en uno de los restaurantes del centro y un paseo tranquilo son la forma perfecta de despedirse de esta ciudad encantadora.