El cementerio de Alcalá de Guadaíra contará en breve con un depósito de ADN, custodia de cenizas, apoyo psicológico y un servicio para obtener diamantes a partir del cabello de los difuntos, una vez que culminen las obras de remodelación que tienen un plazo de ejecución de 12 meses y una inversión de 2,7 millones de euros. El grupo funerario Mémora, que ya dirige 130 funerarias, 45 tanatorios, 14 crematorios y 12 cementerios en toda España, es el encargado de la construcción del complejo. La empresa pretende crear tres nuevos tanatorios en varios municipios de la provincia.

Entre los servicios que ofrecerá el complejo San Mateo destaca la posibilidad de obtener diamantes a partir del cabello humano mediante un proceso patentado en España por la empresa sevillana IrisGem para transformar el pelo del difunto en un pequeño diamante. El proceso requiere de una pequeña cantidad de cabello, de un peso equivalente a un gramo. Gracias a la queratina presente en el cabello, que se compone casi de un 50 % de carbono, se extrae la materia natural de la que están hechos los diamantes.

Cinco años ha tardado la empresa IrisGem en desarrollar esta tecnología y dos más en comercializar su Memory Diamond, nombre con el que han bautizado a este peculiar diamante. El coste de este novedoso servicio asciende a 1.200 euros, aunque la cantidad puede variar tanto en función de los quilates –oscilan entre los 0,2 y 1,09– , como del modelo elegido por el cliente, pudiéndose escoger entre varios colores (ámbar, amarillo, verde, azul y blanco) lo que supone invertir más tiempo y dinero en la elaboración debido a su composición química. El proceso de transformación del cabello es de 12 semanas. El trabajo requerirá de una semana más si la persona que lo contrata desea realizar una inscripción microscópica en la superficie de la pieza con ayuda de un láser.  Según la propia empresa, suele ponerse una fecha o una frase en el diamante.

El proyecto de construcción del complejo también acometerá la mejora de ciertas instalaciones llevando a cabo el retranqueo de la fachada principal, el sellado de la fosa común actual, la creación de otra nueva y el derribo de edificaciones existentes para sustituirlas por otras instalaciones más modernas. Las nuevas dependencias eliminarán las barreras arquitectónicas.

El proyecto de construcción del crematorio pretende dotar a toda la comarca de Los Alcores de unos  servicios funerarios completos, sin necesidad de tener que desplazarse a la capital.

El complejo cuenta con otra serie de servicios novedosos repartidos en un edificio de dos plantas mediante la construcción de tres espacios diferenciados aunque conectados entre sí: el primero se dedicará al público en general y prevé la construcción del acceso principal, del techado, del vestíbulo y la recepción, el ala de administración con dos despachos y el cuarto de instalaciones. La segunda zona estará dedicada al público asistente a los velatorios y contará con un mínimo de cuatro salas con aseos independiente y con capacidad para 14 personas, cada una de ellas con asientos y visión del túmulo. El proyecto incluye una zona comercial complementaria y de un aparcamiento en superficie con al menos cien plazas.