El 10 de mayo de 2017, el Betis anunció el regreso de Lorenzo Serra Ferrer. Comenzaba así la tercera etapa del balear en la entidad verdiblanca, en lo que ha supuesto un cambio de rumbo en el área deportiva, pese a que esta temporada no hayan acompañado los resultados en la Liga. El discurso ambicioso de Lorenzo Serra desde su primer día en Heliópolis fueron calando en el club, que comenzó a apuntar más alto tanto en materia de fichajes como en los objetivos deportivos, aunque este verano se antoja clave para el devenir futuro del proyecto.

La llegada de Serra, además, permitió que Ángel Haro y José Miguel López Catalán dieran un golpe de efecto en plena campaña electoral, después de que el exconsejero Rafael Salas anunciase que se presentaría como alternativa a la presidencia. El enorme crédito del balear fue decisivo para decantar la balanza y Serra Ferrer se convirtió en el hombre fuerte del área deportiva. La transformación de la plantilla verdiblanca fue completa y todo bajo la batuta del balear, que dejó al margen a Miguel Torrecilla, el anterior director deportivo, que acabó marchándose al Sporting un mes después.

"Lorenzo Serra Ferrer será el nuevo vicepresidente deportivo del Real Betis Balompié. El técnico mallorquín reforzará el consejo de administración desde un cargo ejecutivo de máxima responsabilidad en búsqueda de los éxitos deportivos que persiguen el Real Betis y los béticos", anunció el club verdiblanco en su día. "La política deportiva del Real Betis vendrá liderada por el trabajo de una comisión deportiva formada por los consejeros delegados, Ángel Haro y José Miguel López Catalán; el vicepresidente deportivo, Lorenzo Serra Ferrer; y el director general deportivo, Miguel Torrecilla. Esta nueva estructura profesional pretende elevar el nivel competitivo del Real Betis y todos los equipos de la cantera, tanto en la confección de las plantillas como en la gestión diaria del trabajo futbolístico", añadió en el comunicado con el que se anunció su regreso.

Pese a todo, la figura de Lorenzo Serra Ferrer no atraviesa ahora por su mejor momento. Las discrepancias entre el balear y Haro y Catalán han aparecido en los últimos meses, lo que ha erosionado la confianza entre los tres. El pésimo 2019 que está realizando el equipo verdiblanco bajo las órdenes de Quique Setién tampoco ha ayudado y el presente y futuro del entrenador también ha sido motivo de controversia para la comisión deportiva. Lo que sí es indudable es que la plantilla del Betis es ahora muy distinta a la de hace dos temporadas, con un valor de mercado que se ha multiplicado exponencialmente gracias a las decisiones de Serra en los mercados de fichajes.

Serra Ferrer, junto a Lo Celso y Ángel Haro.

Así, de los 74,3 millones de euros en los que Transfermarkt –una web especializada que suele aproximarse al valor de los jugadores en el mercado– tasaba a la plantilla de la temporada 2016-17 se pasó a los casi 100 de la siguiente o a los más de 240 en los que se mide a la actual. Además, en la 16-17 el jugador más valorado era Rubén Pardo, tasado en diez millones, que llegó como cedido en enero y sin opción de compra; en la 17-18, Marc Bartra, también fichado en invierno pero sí propiedad del club verdiblanco, y Ryad Boudebouz compartían también esos diez millones de tasación; y en la actual temporada es el mediapunta argentino Giovani Lo Celso el jugador más valorado, con un precio estimado de 40 millones.