Villanovense-Betis | La crónica

El Betis despierta muy al final de una negra pesadilla en La Serena (1-2)

  • El equipo heliopolitano, que perdía con el Villanovense en el minuto 89, se libra de un batacazo histórico con los goles salvadores de Abde y Borja Iglesias

  • Manuel Pellegrini, a punto de pagar sus riesgos al dejar en Sevilla a Guido, Isco y Ayoze 

  • Pellegrini: "Nos faltó claridad arriba"

Abde, Miranda, Borja Iglesias y Mar Roca celebran con alivio el gol del triunfo.

Abde, Miranda, Borja Iglesias y Mar Roca celebran con alivio el gol del triunfo. / Jero Morales (Efe)

El Betis sufrió una inesperada pesadilla en el corazón de La Serena, donde estuvo a unos pocos minutos de consumar un batacazo histórico de los de verdad: verse descabalgado de la Copa del Rey por un equipo de la Segunda RFEF. Corría el minuto 89 y el desconocido equipo de Manuel Pellegrini perdía 1-0 con el Villanovense, que defendía ya con más voluntad que piernas el golazo que había marcado Isra Cano (63’).

Fue entonces cuando Abde empató, para alivio de los béticos que poblaban la grada tras esa portería. El gol dejó seco al equipo extremeño, ya de por sí agotado por entonces, y Borja Iglesias evitó la prórroga (93’) para que todo quedara en una pesadilla tan negra como la equipación bética. Una pesadilla de la que despertó a tiempo.

Las tres categorías de distancia entre el Betis y su rival convenció a Manuel Pellegrini de que era el día para dar descanso a Guido Rodríguez, Isco y Ayoze, tres de los cinco jugadores que se ha erigido en la columna vertebral de los verdiblancos en espera de que vuelva con plenitud Fekir. Otra de esas cinco piezas, Germán Pezzella, quedó al margen del pulso copero por sus molestias musculares y la quinta, Marc Roca, se sentaba inicialmente en el banquillo del visitante del Municipal Villanovense. Y esa merma de potencial se reflejó en un partido plano, trabado, decepcionante.

Se desgranaban los minutos y no se plasmaba la superioridad técnica, táctica y física entre unos y otros. Y visto que el Betis se manejaba como un funambulista sin red, más chocó que Isco, Ayoze o Guido no viajaran, al menos, por si el partido se enconaba mucho. Como así fue.

El Villanovense, que lógicamente no es el Hernán Cortés aunque pulule por la zona baja de su grupo en Segunda RFEF, salió a apretar sin complejos e incomodó la salida de balón que pretendían Altimira y Guardado, cuya conexión con los cuatro de arriba distó de la que ideó Pellegrini en su pizarra. Willian José trató de enganchar con la pareja de medios en una posición intermedia, con Borja Iglesias más arriba, pero el brasileño no terminó de soltarse en sus recepciones de espaldas a la portería contraria y por dentro, el Betis añoró a Isco.

¿Y por fuera? Poco más. Alguna subida de Bellerín –en el minuto 20, el central Guille Campos cortó su centro raso que buscaba a Borja– y ni una incursión de los extremos, Luiz Henrique y Abde, hasta la línea de fondo.Faltó movilidad, sorpresa. La que sí hubo en la ocasión más clara de los de negro: Abde se cuela hasta la media luna, peina la pelota y Miranda a su vez pisa el área desde su costado para engatillar, pero el portero Lázaro reacciona muy rápido y se echa encima del lateral para tapar su tiro (33’).

El Villanovense, antes, había disfrutado de la mejor ocasión de la primera mitad. Fue una penetración de Isra Cano que acabó con un lanzamiento al palo del lateral Manolo. Rui Costa sólo pudo hacer lo que hizo, la estatua, y suerte que la pelota salió repelida (23’).

Tras el descanso, salieron los mismos once béticos y al menos el juego se fue volcando más hacia el área de Lázaro. De forma gradual, sin peligro, pero todo iba encaminado a que el desgaste de los extremeños y los cambios impusieran la lógica.

Nada más lejos de la realidad. Isra Cano encaró el área desde el extremo izquierdo, se coló entre Bellerín y Luiz Henrique, encaró ya dentro del área a Sokratis, al que recortó con la derecha, y salvó la salida de Rui Silva con un sutil golpeo picado con la izquierda. Un golazo a lo Messi que encendió la luz de alarma en el Betis.

Entró al minuto del gol Juan Cruz por Willian José, y ya en el 70, Marc Roca entró por Altimira, Aitor Ruibal por Bellerín y Assane por un inofensivo Luiz Henrique. Assane se ubicó como segundo punta junto a Borja Iglesias, Juan Cruz empezó a percutir por la derecha con Aitor Ruibal y Miranda también dio un paso adelante para desdoblarse con Abde. La propuesta ya tenía más filo. Lázaro desvió un duro disparo de Aitor Ruibal (76’) mientras que a los jugadores del Villanovense se les hacía el partido ya muy cuesta arriba por el enorme desgaste, dentro de un admirable desempeño.

En ese arreón definitivo, faltaba alguien que pusiera el criterio, la pausa, la creatividad para salvar la muralla verde y blanca. Y fue Marc Roca quien interpretó ese papel. Levantó la cabeza y picó un pase que habilitó a Abde para un muy prometedor remate. Lo pudo salvar Ángel bajo palos, pero despejó al fondo de la red.

El Betis había evitado la caída al abismo, se reincorporó y la fuerza era suya: el de enfrente estaba poco menos que muerto físicamente y grogui por el empate. Fue un asedio mayúsculo y Borja acertó a meter la pierna en un pase corrido de Miranda para que el beticismo despertara de la pesadilla.

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