El Betis volvió igual que se fue

Desde mi córner

A través de un gran partido de fútbol de verdad, los béticos merecieron el triunfo

Cuarentainueve días después, el fútbol de verdad volvía a Heliópolis, un lugar donde cada cita se celebró con fiesta y aunque el triunfo no llegó, la fiesta no faltó a la cita. Y es que aunque a falta de la salsa de este juego que es el gol, Betis y Athletic ofrecieron un espectáculo pleno de competitividad y que a los puntos habrían ganado los locales por disfrutar de mejores ocasiones de gol que su rival. O sea que el fútbol volvió a lo grande.

Hay algo al inicio que mueve al mosqueo al hincha local y es que la mayoría de los balones divididos caen de lado vasco. Resulta que Valverde ha sacado un equipo avezado en el cuerpo a cuerpo, aunque eso no quiere decir que el rol del Betis sea testimonial. De hecho, Unai Simón va a pasar por más apuros que Rui Silva. Casi todo lo que apura al portero vasco llega por la vía de la sorpresa, ora por un contragolpe, ora por un cambio de juego hacia donde vivaquea Alex Moreno.

Aunque el Betis amaga mucho a estribor, resulta que a babor es por donde mete en más urgencias a los de Valverde. Y cuando se llega al descanso, la sensación es que la pelota está tan cómodamente instalada en el tejado que ni zorra idea de adónde decidirá decantarse. Pero tras el descanso, el campo se vuelca hacia los dominios de Unai Simón, pues el Betis ha salido de casetas con la pretensión de hacerse con el partido en un alarde de anticipación y de ganas de ganar.

El panorama ha cambiado para bien del Betis y eso que Canales no termina de cogerle el aire al partido. Sí se lo coge Luiz Henrique, que alborota la noche por su banda gracias a sus cambios de ritmo y habilidad en el regate. Incluso obliga a esforzarse a Unai Simón en un par de lances. Luego sería Joaquín el que le descosiese las costuras al Athletic, pero el gol no llegaba y todo acabó en unas tablas que no disgustan a nadie tras demostrar el Betis que vuelve como se fue.

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