Mizzian hace sonreír a los béticos (1-0)

Un solitario tanto de Mizzian sirvió al Betis Deportivo para vencer al Sevilla C (1-0) en un partido que, aun entre filiales de distinto rango, tuvo los tintes propios de un derbi. Hubo fricción en cada pelota dividida y, en realidad, ambos pudieron llevarse el gato al agua. Los béticos igualan ahora los 22 puntos del Ciudad de Lucena.

El envite empezó con un susto para los verdiblancos. Apenas habían transcurrido unos minutos cuando Cristobal arrebató el cuero a Geovanni en la línea de fondo. Pese a estar muy escorado, el medio sevillista desbordó al bético que acudió a la ayuda y disparó cruzado. La normalidad se restableció pronto y el Betis Deportivo continuó iniciando sus jugadas desde abajo. Sin embargo, fue el cuadro de Lolo Rosano el que llevó más peligro a la portería de su rival en la primera media hora.

Al poco de cumplirse el primer cuarto de hora, un libre directo de Isaac obligó a Dani Rebollo a intervenir. El sevillista dio mucha colocación a su lanzamiento, pero no la suficiente fuerza para sorprender al guardameta.

Algo más tarde saltó la alarma por primera vez para los blanquirrojos, en un malentendido entre Pavón y Adrián que casi cuesta un disgusto al meta. Mizzian hizo un barrido tras la inoportuna cesión del defensor y logró tocar la pelota, pero ésta no fue a portería.

Los verdiblancos insistían en su propuesta. Paulatinamente la circulación de balón era más veloz y obligaba a los de Rosano a recular. Sin embargo, a la salida de un balón parado, Isaac se lanzó al contrataque, superó a Calderón en el sprint y se plantó solo ante Rebollo, pero el cancerbero bético ganó el mano a mano.

Dice una de esas leyes no escritas del fútbol que quien perdona lo acaba pagando. Y los verdiblancos no tardaron en castigar la falta de eficacia de sus rivales. Tuvo que sacar la mano Adrián ante un envenenado centro-chut de Altamirano y el rechace lo cazó prácticamente solo Calderón, en el segundo palo. El lateral se la dejó en bandeja a Mizzian, que sólo necesitó poner la cabeza para llevar el esférico a la red.

Apenas un minuto después del gol, muy rugido en el graderío heliopolitano, Ángel Baena se deshizo de su marcador y se incrustó en el área sevillista, pero Adrián detuvo su remate. Había acusado el 1-0 el Sevilla C, que sólo fue capaz de reaccionar tras el paso por los vestuarios.

Y es que los blanquirrojos entraron a la segunda mitad avasallando. A los 55 minutos, Dani Rebollo tuvo que ir dos veces consecutivas al suelo, teniendo que repeler el cuero con los pies en la primera de ellas. Decididos a apretar a los interiores béticos, los sevillistas pusieron a Rodri y Abréu contra las cuerdas y empujaron a Manel Ruano a hacer el primer cambio. El barcelonés retiró del campo a Mizzian para dar entrada a Julio Alonso, con el que reforzó la banda izquierda.

La maniobra dio estabilidad a un Betis Deportivo que aún tuvo que aguantar la respiración en un tiro con rosca de Luis Vacas que se marchó saludando a la escuadra derecha del marco bético. Calderón falló luego dos veces en la posible sentencia, pero el marcador ya no se iba a mover.