Quería el entrenador del Betis, Gustavo Poyet, que se viese en Mestalla una idea, un plan, y hasta la expulsión de Enzo Pérez se vio. Se observó una mejoría en la imagen de los verdiblancos, con respecto a la ofrecida ante Barcelona y Deportivo, con una presión alta basada en la intensidad, contraataques rápidos... Algo que en algunos encuentros de la pretemporada se atisbó y que en Valencia quedó plasmado en el terreno de juego. Pero a partir de que el rival se quedó con diez y, sobre todo, tras el cambio de Joaquín, al Betis le faltó control del juego, empaque y consistencia, de ahí que, una vez más, todo quedara en manos de Adán y Rubén Castro.

Un bajón que el propio técnico uruguayo, desde la autocrítica, dejó claro en la rueda de prensa que su equipo tiene que corregir: "Lo que viene después del 1-2 es para analizarlo muy seriamente, para aprender". En la misma línea se mostró el delantero canario: "Que nos igualen un 0-2 fuera de casa y contra diez es algo que no puede volver a pasar". Ahora, ya ante el Granada, Poyet debe incidir en el equilibrio con el que darle continuidad a la mejoría que se vislumbró el pasado domingo, buscando un once tipo a la vez de tener que saber manejar, en cada partido, los mimbres que tiene. Mimbres que están empezando a unirse a Adán y Rubén Castro aportando cosas muy interesantes, como son los casos de Durmisi, que fue un filón en la banda izquierda con la explosividad en sus subidas por la banda, pese al fallo al romper el fuera de juego en el primer gol valencianista; y Brasanac, que no es pivote defensivo y sí un jugador con un importante despliegue físico, bueno técnicamente, con carácter y llegada.

También parece ir a más Mandi y falta la aportación, aún, de jugadores de los que se espera mucho, como Sanabria, Jonas Martin, que dejó una buena impronta en pretemporada; Dani Ceballos, al que Poyet debe darle su sitio y aprovechar en beneficio del equipo las enormes ganas y el hambre de triunfo que tiene el utrerano; y Donk, entre otros, que debe aportar ese físico -todavía el Betis necesita más jugadores del perfil del holandés- de élite tan necesario en el fútbol actual. De hecho, ante el equipo de Pako Ayestarán, le faltó al Betis control de juego y consistencia en el centro del campo para frenar el ímpetu de un Valencia con diez hombres, lo que deben aportar, precisamente, Ceballos y el último fichaje bético.

Por ahora, Felipe Gutiérrez ha enseñado muy poco -su físico, con ese trote ya tan característico, deja dudas- y Petros muestra carencias en las funciones de pivote defensivo porque no es su puesto natural, de ahí que Poyet tenga en su mano la posibilidad de seguir encajando piezas en la medular para evitar que ante el Granada pase lo mismo que frente a los de Pako Ayestarán, y puedan ver los béticos una buena actuación y un triunfo de su equipo.

Una victoria con la que el Betis despegue, definitivamente, en una Liga para la que cuenta con mimbres suficientes para no pasar apuros. Otra cosa será para dar el salto de mitad de la tabla hacia arriba. El tiempo y los resultados dictarán sentencia.