El partido del Betis | Análisis

El correcalles es deficiente

  • Rubi apela de nuevo al ataque total pero esta vez sólo rescata un empate

Emerson obstaculiza el remate de Diop.

Emerson obstaculiza el remate de Diop. / Antonio Pizarro

El Betis de Rubi es todavía un deficiente equipo de fútbol. Como apuntó el propio entrenador en la previa, sus jugadores aún no han adquirido el sello que él pretende y, tras ocho jornadas disputadas y antes de la segunda pausa liguera, los verdiblancos se quedarán mirando la zona baja tras un nuevo traspiés como local.

Insistió el técnico catalán en ese 4-4-2 que ofreció buenas prestaciones ante el Villarreal durante una hora de partido, pero esta vez no le bastó para dominar a un Eibar que nunca renunció a esa idea de Mendilibar de presionar en campo rival. No alcanzó jamás el equilibrio que destaca en los conjuntos definidos, aunque con arreones por las alas, sobre todo de Álex Moreno, sí dispuso de alguna ocasión.

La pizarra La pizarra

La pizarra / Elaboración propia: Dpto. de Infografía

Con la ausencia por lesión de William Carvalho, Rubi le dio el mando de la medular a Guardado y Canales, dos jugadores con buen pie pero escasos de físico para recuperar el balón. Era el minuto 66 y el Betis sólo había cometido cinco faltas, una muestra de esa falta de agresividad sin la pelota.

Defensa

Esa escasa fortaleza en la medular bética descubre a la zaga, sobre todo cuando los laterales suben al mismo tiempo, algo que de nuevo ocurrió en varias ocasiones de la primera mitad. Sólo el buen trabajo de Mandi y, sobre todo, de Bartra, permitió que el Betis controlase la situación. Ni la entrada de Quique o Charles intimidó a la zaga bética, con quizá el mejor partido de la pareja de centrales en esta Liga.

No es el Betis un equipo ahormado para jugar sin la pelota y eso le supone un esfuerzo físico que acaba pagando en la recta final de los partidos.

Ataque

Con el nuevo esquema, el Betis aparece mucho más por fuera, con Álex Moreno y Emerson, aunque apenas dispusiera de una ocasión clara antes de gol de penalti de Orellana.

Loren intenta el remate ante Tejero y Paulo Oliveira. Loren intenta el remate ante Tejero y Paulo Oliveira.

Loren intenta el remate ante Tejero y Paulo Oliveira. / Antonio Pizarro

Tras el descanso, Rubi, como ya hiciera ante el Getafe en otro partido que iba perdiendo, quemó las naves para dejar a Canales como único pivote y colocar a Joaquín y Guardado como interiores y con los laterales como dueños de toda la banda. La entrada de Fekir acentuó esa ofensiva, aunque el equipo bético acabó pagando el desorden de un centro del campo que también se quedó sin energías.

Ni siquiera el tanto del empate, tras una acción a balón parado, le insufló ánimos a los verdiblancos, que tampoco aprovecharon la superioridad final para poner cerca a la portería de Dmitrovic más allá de ese gol bien anulado a Borja Iglesias.

Virtudes

El Betis tiene alma y también calidad arriba, y eso le bastó para rescatar un punto insuficiente.

Talón de Aquiles

Con escaso físico en la medular, a los verdiblancos les cuesta dominar el ritmo o jugar sin balón, y eso acaba generando desconcierto y ocasiones rivales.

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