Un anfitrión que no da las buenas tardes

Asier Garitano (Vergara, Guipúzcoa, 1969) sabe muy bien lo que es sacar de sus casillas al Betis. El ahora técnico del Alavés dio más de un disgusto a los verdiblancos durante su etapa en el Leganés. Si nunca pudo llevarse la victoria de Heliópolis, puede decir que doblegó al equipo bético siempre que le tocó hacer de anfitrión.

Fueron tres las veces que el entrenador vasco tuvo que recibir al Betis en Butarque. En las tres volvió la escuadra sevillana con las manos vacías. Y en dos de ellas, lo hizo además con la amarga sensación de no haber estado a la altura y provocando un enfado importante en sus aficionados. Fue en la novena jornada de la temporada 2014-15 cuando Garitano, un técnico forjado a sí mismo dirigiendo a equipos de Segunda División B, se cruzó en el camino del Betis por primera vez. Preparó sesudamente el partido y los suyos fueron un incordio para los jugadores de Julio Velázquez. Y un tanto de Velasco en el minuto 88 les sirvió para ajusticiar a un Betis que pocas semanas después destituía al entrenador salmantino.

De la mano de Pepe Mel, los heliopolitanos consiguieron reconducir el rumbo y acabaron ascendiendo a Primera de forma directa. No hubo enfrentamientos con el Leganés en la siguiente campaña, pero sí en la que venía a continuación. Garitano guió al cuadro madrileño a la máxima categoría, inedita para los pepineros hasta la fecha. Y pasados ya dos años y medio desde aquel gol de Velasco a Adán, el meta verdiblanco volvió a ser castigado por los blanquiazules.

Después de una campaña muy decepcionante en la que la única luz fue la irrupción de Dani Ceballos, Garitano volvió a hacer de las suyas colmando el vaso de la paciencia del beticismo. 4-0 le hicieron sus jugadores al equipo verdiblanco en un encuentro que dominaron de cabo a rabo.

Pérdidas en zonas muy peligrosas, errores en la marca y hasta un gol desde el centro del campo de Gabriel Pires. Fue el artefacto definitivo para acabar con una temporada muy pobre. Aquel partido costó el puesto de manera prácticamente instantánea a Víctor Sánchez del Amo, al que Alexis reemplazó en las dos jornadas que restaban de Liga.

Ese mes de mayo, que Garitano y su séquito acabaron tranquilos tras haber sellado su permanencia sin sufrir demasiado, el Betis firmaba a Quique Setién. Con el técnico de Santander cambiaría mucho el escenario de los verdiblancos. Pero éste no se libraría de caer en Butarque, igual que habían hecho algunos antecesores en el cargo. Fue a finales de la temporada 2017-18, la última de Garitano en Leganés. Los verdiblancos ya se habían clasificado para competiciones europeas, aunque al sur de Madrid dejaron ir la opción de ser quintos y no sextos. Aunque igualaron el envite a 17 minutos del pitido final, terminaron siendo derrotados por 3-2.

Garitano, que ha reanudado su carrera en el Alavés tras un fallido paso por la Real Sociedad, ha sido siempre un hueso duro de roer para el Betis. En el Villamarín venció sólo en una ocasión, en 2015, pero en el traje de anfitrión nunca le ha dado siquiera las buenas tardes.