Betis - Celta | Los nombres propios

Del esfuerzo defensivo de Loren a los regates de Lainez

Loren trata de cabecear ante Brais Méndez con Víctor Ruiz a su espalda.

Loren trata de cabecear ante Brais Méndez con Víctor Ruiz a su espalda. / Antonio Pizarro

El Betis de Manuel Pellegrini va tomando altura porque muchos jugadores van elevando sus prestaciones. Cuando Loren actúa de ariete, en la punta del ataque suelen suceder más cosas. y muchas buenas. Por ejemplo, su generosísimo trabajo sin la pelota. También la implicación de Fekir es un hecho. Lainez se consagra como un fabuloso regateador y Rodri ejemplifica la renovada energía que la juventud ha inyectado en el equipo. Más piernas, más corazón, más carácter. Y más fe en que hay un plan que funciona. Y por supuesto, Sergio Canales.

Loren

El primer defensor de este Betis más seguro y cohesionado es el punta marbellí. Generosísimo en su esfuerzo, yendo a por todos los balones, incluso los que sabía que no tenía posibilidad alguna de ganar para al menos condicionar al rival, Loren se erigió en el primer defensa del bloque de Pellegrini, quien poco a poco se está quedando sin razones para mantener a Sanabria por delante en sus preferencias.

Lainez

Si el aficionado echa de menos más regateadores en la Liga, que se fije en él. Va creciendo de modo exponencial el fútbol del mexicano. Cada partido parece mejor porque cada partido hace más cosas. Sólo le falta que acabe finalizando alguna de sus diabólicas andanzas, pero de momento, nada se le puede reprochar a un chico que madura por momentos: encara, regatea, desborda con técnica, chispa y elasticidad. Y encima, levanta la cabeza y elige cada vez mejor.

Fekir

Su compromiso fue extremo y encima generó los goles. Hay un mantra que defiende que Fekir no se emplea con la misma intensidad sin la pelota que el resto de sus compañeros. Quien lo comparta, que le eche un vistazo al partido que se marcó el campeón del mundo, peleándolas todas y forzando faltas inteligentes al final. Además, sirvió a Canales los balones de sus dos goles.

Rodri

Tiene 20 años, pero jugando ‘se ha tragado’ a un viejo. A la media hora, de forma súbita por la lesión de Ruibal, y sin apenas calentar, Rodri debió ingresar en la hierba y el extremeño allá que se puso a maniobrar con su soltura y desparpajo, primero en la izquierda y ya en la derecha cuando entró Álex Moreno. Maneja los tiempos del partido con una madurez impropia.

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