La obligación de competir

Regresa la Liga tras esa inoportuna pausa por la competición de selecciones justo cuando faltan diez jornadas para finalizar el torneo, un sprint final que desde el Betis se encara con la necesidad de conseguir una victoria que permita encararlo con el mejor ánimo competitivo y no en esa tierra de nadie que generaría más frustración en esta mediocre temporada en verdiblanco.

Desde el club se insiste en la posibilidad de alcanzar ese pobre objetivo del décimo puesto, el mismo que se consiguió el pasado año, y para ello es necesario que el Betis de Víctor sume de tres en tres en más ocasiones de las que lo viene haciendo con el entrenador madrileño. Cinco victorias en 17 encuentros como entrenador del club heliopolitano acumula este cuerpo técnico que tiene asegurado un año más por contrato, pero que bien haría en cambiar las sensaciones que transmite al aficionado, muy alejadas de las que percibe el director deportivo, Miguel Torrecilla, quizá también preocupado en justificar su escasa aportación al equipo con los fichajes.

Acude el Betis a Cornellà-El Prat, un estadio donde lo recibirán centenares de béticos y en el que la temporada pasada empezó a perfilar la permanencia con un triunfo bajo la batuta de Juan Merino. Si a comienzos de temporada ambos conjuntos estaban llamados a pelear por objetivos parecidos, este nuevo Espanyol con inversión china sí ha encontrado una regularidad de la mano de Quique Sánchez Flores, quien ha aportado esa mezcla de veteranía y juventud al equipo para instarlarse en una zona cómoda de la clasificación e incluso con miras hacia la zona europea. Han mejorado los espanyolistas su rendimiento como local, tras un inicio de Liga en el que se sentían más cómodos de visitante y únicamente la Real Sociedad ha sido capaz de llevarse los puntos de su estadio en los últimos tiempos.

Avisó Víctor del peligro de la velocidad del ataque espanyolista. Piatti, Jurado o Gerard Moreno no necesitan demasiados toques para plantarse en el área rival, con ese fútbol vertical que ponen en práctica los de Quique. En la zaga sí han tenido más problemas durante la temporada y, tras la grave lesión de Óscar Duarta, David López, quien tuvo pie y medio en el Betis el pasado verano, regresará a la zaga.

No se fía el técnico espanyolista del juego a balón parado de los verdiblancos. Víctor maneja un amplio abanico de alternativas para este tipo de jugadas y, además, cuenta con lanzadores precisos como Durmisi, Rubén Pardo o Joaquín, aunque el portuense apunta al banquillo.

No parece que Víctor medite mover demasiado el once que venció a Osasuna y sí que quiera aprovechar el regreso al gol de Rubén Castro y el deseo de Sanabria de mejorar sus números en este final de campeonato. La pareja de delanteros verdiblanca ha exhibido entendimiento en más de una ocasión, por lo que la opción más defensiva con la que trabaja Víctor, con Jonas Martin como segunda punta, deberá esperar al desarrollo del juego.

Si la presencia de dos puntas sobre el césped se da por segura, obligatoria es la ubicación de Dani Ceballos en el mediocampo. El utrerano se ha convertido de largo en el mejor jugador del equipo y de su capacidad de aglutinar la posesión dependen buena parte de las aspiraciones béticas en cada encuentro.

Con el liderazgo del canterano, el Betis tratará de enlazar la segunda victoria seguida, algo que no ha conseguido en toda la temporada y que le permitiría seguir compitiendo con motivación en este final de Liga de escasa ilusión para los béticos.