La prudencia de Pellegrini plasma un pragmático Betis
Jagiellonia-Betis | Informe técnico
El equipo verdiblanco vio que el Jagiellonia no era capaz ni de presionar y se limitó a dejar pasar el tiempo con placidez
Así jugaron los futbolistas del Betis ante el Jagiellonia

El Betis visó en la recóndita Bialystok su histórico pase a su primera semifinal europea con más placidez de la prevista. Era consabida la manifiesta superioridad física, táctica y sobre todo técnica de los verdiblancos, pero el guion de eliminatorias así suele romper en un encomiable y voluntarioso empeño del equipo inferior por rebelarse, ir por las bravas hacia el imposible. Apelar a esa épica que rara vez se cumple. Ni eso esgrimieron los polacos, que por no tener, no tuvieron ni ardor guerrero para embarrar el juego y forzar al Betis a meter una marcha más larga. Con la tercera marcha casi siempre, alguna vez la cuarta y jamás la quinta, le bastó.
Defensa
El Jagiellonia no se dejó llevar por la ansiedad de tener que igualar un 2-0 en contra y su juego no se caracterizó por la intensidad. Pululu siguió como en el partido del Benito Villamarín, bajando a recibir de espaldas con el central enganchado a su espalda y ganándole todos los duelos al africano. Como los rojigualdas tampoco tenían juego interior por dentro (sin mediapunta y con el capitán Romanczuk iniciando el juego desde muy atrás y sin profundidad), el Betis defendió sin sobresaltos.
El tímido peligro del Jagiellonia sobrevino en alguna pelota abierta a la derecha que Churlinov centró rasa, sobre todo una que Hansen no engatilló con todo a favor porque le botó la pelota justo antes del remate (21’).
Ataque
El Jagiellonia salió con Imaz y Pululu en punta bajo un 4-4-2 que ni mucho menos ordenaba una presión adelantada con su zaga bien lejos de su portero. Los polacos optaron por no desnudarse atrás jamás. Tenían muy fresco el partido de ida y el peligro que el Betis suele mostrar (Antony, Jesús Rodríguez y Bakambu al galope) cuando sorprende al rival con la defensa saliendo y espacios entre líneas. Apenas un contragolpe potable dibujó el Betis en la primera parte, en un escarceo de Antony resuelto con un tiro, sin muchos visos de ir a gol, que un defensor bloqueó.
La entrada de Aitor Ruibal y Johnny, primero, ayudó a ganar energía en la presión más arriba para terminar de aplastar las opciones de que el Jagiellonia osara armar una jugada medio elaborada, al tiempo que elevó la presencia de algún bético en el área contraria. Isco salió para que el partido se acabara de forma virtual.
Virtudes
La madurez del equipo para imponer un guion pragmático y de control desde la posesión.
Talón de Aquiles
La sensación de seguridad plena atrás no termina de cuajar.
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