Osasuna-Betis

El Betis rompe a vulgar (0-0)

Continúa el empate en Pamplona (0-0).

Continúa el empate en Pamplona (0-0). / Jesús Diges / Efe

En un partido de perfil bajo, impropio de jugadores del calibre de Canales, Bartra o Fekir, el Betis sumó en Pamplona un punto raquítico, que de poco le vale para empezar a tomar vuelo y acercarse al estrato de la tabla que exige su fuerte inversión y ansía su afición. Al menos, la formación rosa y verde acabó por fin un partido con su portería a cero gracias al buen trabajo de Joel Robles y también, es justo reflejarlo, por la impericia de los limitados rematadores rojillos.

Cinco puntos en otras tantas jornadas contabilizan los verdiblancos. Pasos cortísimos, indignos de su potencial y aspiraciones. Rubi apenas extrae unas gotas de fútbol de un grupo en el que no falta el talento. Muy revelador es el papel, hasta ahora, de Borja Iglesias. El honestísimo delantero se pelea hasta con su sombra, pero encadena ya dos partidos en los que apenas rasca bola. Estuvo a punto de plasmar la caprichosa esencia del fútbol en los instantes finales, pero no pudo cazar el servicio de Emerson con la punta de su bota, muy cerca de un Rubén entregado a su suerte.

Ese gol no hubiera sido justo con lo expuesto por unos y otros, pero el deporte no entiende de justicias y el bético no tendría tan mal sabor de boca como ahora tiene al comprobar las escasas gotas de fútbol que su equipo destiló en la cerrada noche norteña: la mejoría de Bartra en cruces, los ya habituales controles de Fekir, sin continuidad en las transiciones, y ya en la segunda parte, la agradable irrupción de Álex Moreno en ataque, ubicado por delante de Pedraza. Muy poco para lo que debe ser este Betis preñado de internacionales y al que tanto valora el portal Transfermarkt.es.

El Betis de Quique Setién fue un equipo con más virtudes que defectos en su primera temporada; en la pasada campaña, los desperfectos pesaron más. Pero siempre, siempre, propuso algo especial. Tuvo un marcado sello de autor. Pero la mano de Rubi, por ahora temblorosa, está vulgarizando de forma alarmante a los heliopolitanos.

Dispuso el preparador catalán a Canales cerca de Guardado y Javi García en la gestación del juego, con Fekir atento a engarzar en el interlineado y Juanmi apoyando a Borja Iglesias arriba. Por supuesto que, vistas la alineación y las querencias de los jugadores ofensivos, las bandas volvían a quedar expeditas para dos laterales de largo recorrido, como son Emerson y Pedraza.

Todo ello encajaba en la mente del entrenador verdiblanco. En el mojado prado pamplonés, menos. Y eso que el Betis no arrancó mal. Osasuna tardó en coger el sitio atrás, quizás sorprendido con que Juanmi, Fekir y Borja Iglesias empezaran muy arriba y ganaran balones en esa acumulación de piezas. Así, un pícaro saque en corto de Canales al desmarque de Fekir en una falta acabó con un tiro raso del francés al primer palo de Rubén que no fue gol por la agilidad del portero para tirarse abajo (8').

La efervescencia bética se diluyó en cuanto Joel Robles y Pedraza cometieron sendos errores en la salida del balón desde atrás. El del portero acabó en un disparo a quemarropa de ese coleccionista de camisetas que atiende por Adrián López, que repelió el bético en su salida (13'). El asistente dejó seguir, como exige la regla, pero el posible gol no hubiera sido tal en la revisión del VAR por la posición adelantada del delantero.El error de Pedraza, en un apurado despeje desde su rincón, sí que hizo aflorar más veneno con el zurdazo de Roberto Torres (19'). El balón se perdió fuera rozando el palo derecho de Joel.

Esas dádivas atrás, tan habituales en el Betis contemporáneo, despertaron las dudas en el dubitativo equipo de Rubi, que apenas hiló juego hasta un desasistido Borja Iglesias en la primera mitad. Guardado está hoy lejos del jugador hiperactivo que abría un eficaz pasillo desde una media luna hasta otra o que se descolgaba con acierto a una u otra banda. Y tampoco Canales se subía a la moto de la pasada campaña. Apenas Fekir, emergía. Pero el francés sólo apareció para que el Betis respirara atrás, no para que mordiera arriba. Con Borja injédito, Juanmi se animó al filo del descanso en una contra en la que recortó y tiró flojo a las manos de Rubén y en un cabezazo cruzado que se marchó por poco. También chutó alto el malagueño al principio de la segunda parte, pero desde ahí hasta la postrera ocasión de Borja, Osasuna dio un paso adelante y si no se llevó el encuentro fue por sus propias limitaciones ofensivas.

En el minuto 52, Chimy tuvo otra ocasión mayúscula en un balón largo a Adrián que éste pinchó con enorme calidad ante Bartra. Maniobró ante el zaguero, se revolvió y cedió atrás a su compañero, que apuró demasiado su lanzamiento y envió el cuero a la cruceta. Chimy fue clemente con el desnortado Betis que trata de montar y ordenar Rubi. Ya en el minuto 92, el rosarino cabeceó muy blando a las manos del portero desde el área pequeña en otra inmejorable oportunidad.

Desde una ocasión a otra del delantero rojillo, el Betis se desfogó definitivamente. Guardado claudicó en la medular –Javi García al menos echó una mano atrás en los balones aéreos – y Canales, sin perderle la cara jamás al partido, tampoco tuvo cambio de ritmo ni frescura para conectar con Borja o los que se incorporaban desde atrás.

Joaquín no irradió esa luz que tantas veces iluminó el camino bético. Hasta malogró una falta directa propicia para su golpeo cerrado. Y aunque la inquietante noticia de las molestias de Fekir dio aire al Betis con la proyección de Álex Moreno, nada cambió en El Sadar. Y gracias. Un punto en Pamplona sabe bien sólo a los vulgares. Pero es que el Betis de Rubi está rompiendo a eso, a vulgar...

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