El Betis fue de más a menos y se dejó escapar dos puntos que lo privan de acabar la jornada en quinta posición en la tabla. Los verdiblancos lo encarrilaron todo en dos jugadas de estrategia y fueron superiores en la primera mitad sobre todo por el mando de Canales, que encauzó los ataques por el costado de Tello, siempre agudo en su fútbol. No obstante, el Betis fue perdiendo el sitio en el campo en la segunda mitad, concedió muchos espacios entre líneas y ni mucho menos William Carvalho fue la solución. Y menos mal que Claudio Bravo apareció bajo palos. 

Canales

Viendo el juego de cara, es más necesario ahora mismo. Después de encadenar partidos en un tono gris, el talentoso jugador cántabro recuperó sus prestaciones habituales. Y pocas noticias más positivas para el Betis que ésa. Se ubicó junto a Guido para ordenar el juego y encauzar los ataques hacia las zonas blandas del Valencia, que afloraron por ese costado derecho de la defensa que Javi Gracia tuvo que remendar dos veces durante el partido. Ese golazo desde el borde del área le debe devolver la confianza en el remate.

Tello

Destila peligro en casi todo lo que hace, pero no aprovechó esa vía abierta. La pronta lesión de Thierry Correia llevó a Wass al lateral derecho y Tello lo aprovechó en una primera parte de constantes incursiones bien afiladas. En dos pudo marcar: la primera se le marchó fuera por poco al no cerrarse lo suficiente su rosca y la segunda se topó con Doménech. En la segunda parte se diluyó.

Claudio Bravo

Ante Musah enmendó su descuido en el 1-1. Aparte de su manejo con los pies y su preciso golpeo en largo, que evita tantos sustos al bético en las salidas arriesgadas desde atrás, el chileno es un maestro en los mano a mano, como demostró ante Musah ya con empate a dos. Ahí enmendó la plana después de haber reaccionado tarde en el tiro de Guedes que supuso el 1-1.

William Carvalho

Cada vez que sale, la defensa bética tiembla. Es una constante que Manuel Pellegrini revalide su confianza en William Carvalho, como es una constante que el fino centrocampista decepcione con sus prestaciones en una zona ancha que se hace anchísima con el cansino trote del internacional portugués, que parece con la mente en otra parte.