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Tienen la particularidad de parecer que vas andando descalzo ya que tienen la suela fina. Sin embargo, sus materiales son duros a la vez que flexibles en todas las direcciones, por lo que permite que el pie pueda moverse sin ninguna dificultad en todas las direcciones sin ser limitado por el zapato.
Son los calzados barefoot o calzados minimalistas, llamados así por su sencillez y aunque no son nada nuevos, están teniendo cada vez más visibilidad por ser respetuosos con la anatomía del pie y, por tanto, favorece a nuestra salud. A esta tendencia también se ha sumado la Reina Letizia a quien hemos podido ver en varios de sus últimos actos públicos que calzaba zapatos minimalistas debido a una fractura que tenía en un dedo del pie.
Así que optó por acudir a los eventos con este tipo de calzado ya que una de sus características principales es que tienen capacidad suficiente para que entren todos los dedos de los pies, respetando el espacio que hay entre cada uno de ellos y, por tanto, pueden respirar. Esta es una característica muy importante ya que con ella se aumenta la base de sustentación, dándonos mayor equilibrio y estabilidad, pero no son las únicas.
Esta mejora en el equilibrio se produce gracias a que la suela es delgada y se puede sentir mejor el terreno, permitiendo una mayor conexión con el suelo y activando los conectores sensoriales.
Al no contar con soportes extras, como las cámaras de aire que tienen algunos zapatos deportivos convencionales, los músculos del pie y del tobillo deben trabajar más, lo que puede fortalecerlos con el tiempo.
Además de que como no cuentan con esa amortiguación extra de los zapatos convencionales, muchas personas tienden a adoptar una pisada más natural, aterrizando con la parte media o delantera del pie en lugar del talón.
En cualquier caso y por muchos beneficios que tenga el calzado minimalista, nuestro pie no está acostumbrado a usarlo, por lo que si te vas a unir al uso del calzado minimalista, recuerda que debes hacer una transición a ese cambio y que esta debe ser progresiva.
El calzado minimalista se originó en los Estados Unidos en los años setenta cuando un grupo de atletas decidió correr maratones con este tipo de zapatillas. El verdadero auge llega con la proliferación de las redes sociales donde han surgido infinidad de debates posicionados a favor y en contra de correr con un zapato que es lo más parecido a correr descalzo.
Este es el verdadero objetivo que buscan los creadores del calzado minimalista ya que se trata de calzados que no interfieran en la forma del pie. Por eso, se fabrican con la horma delantera más ancha para que los dedos tengan espacio y puedan colocarse de manera natural. Además, de excluir elementos de refuerzo que puedan modificar la curvatura natural del arco del pie.
La reina Letizia está diagnosticada con un Neuroma de Morton, una lesión que afecta a los nervios del pie y produce dolor, entumecimiento y malestar en la zona. Así que se ha visto obligada a "bajarse de los tacones" en varias ocasiones.
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