¿Cómo debemos cuidar nuestro corazón en la menopausia?
Investigación y Tecnología
Con la llegada de la menopausia, la producción de estrógenos disminuye drásticamente, lo que deja al corazón más vulnerable ante diversas enfermedades
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La menopausia marca una etapa de grandes transformaciones en el cuerpo de la mujer, muchas de ellas con implicaciones directas en la salud cardiovascular. Esto se debe a la bajada en los niveles de estrógenos y, a medida que esto sucede, aumenta todavía más el riesgo de padecer enfermedades del corazón. No obstante, muchas mujeres no son plenamente conscientes de este peligro, así como tampoco de las diferencias que existen entre los síntomas de afecciones cardíacas en hombres y mujeres. Esta falta de información puede derivar en retrasos en el diagnóstico y en la aplicación de tratamientos adecuados. Por ello, es crucial visibilizar estos cambios y promover estrategias de prevención específicas para que las mujeres puedan proteger su corazón de manera efectiva en esta nueva etapa de su vida.
Cambios cardiovasculares en la menopausia
Con la llegada de la menopausia, la producción de estrógenos disminuye drásticamente, lo que deja al corazón más vulnerable ante diversas enfermedades. Estas hormonas contribuyen a mantener nuestra salud cardiovascular en buen estado durante nuestra etapa fértil, debido a que ayudan a la dilatación de los vasos sanguíneos, así como también contribuyen a la regulación del metabolismo de los lípidos y la glucosa. Por lo que esta pérdida que sucede en la menopausia conlleva un aumento de la presión arterial, cambios en los niveles de colesterol y una mayor resistencia a la insulina, lo que incrementa el riesgo de padecer hipertensión, diabetes y arteriosclerosis.
La cardióloga Leticia Fernández-Friera y fundadora de ATRIA Clinic explica en una entrevista con Europa Press Infosalus que "los estrógenos son las hormonas que cumplen un papel protector de la salud cardiovascular y que protegen a la mujer durante su etapa fértil, pero que disminuyen de forma significativa al llegar al climaterio. El descenso de estrógenos, junto con la alteración de la progesterona, incrementa el riesgo de cardiopatía isquémica y de otras enfermedades cardiovasculares en la mujer".
Además, se reduce el efecto protector sobre la sangre, aumentando la probabilidad de desarrollar coágulos que pueden derivar en infartos o en accidentes cerebrovasculares.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las mujeres es la falta de conciencia sobre los síntomas específicos de un infarto. A diferencia de los hombres, que suelen experimentar un dolor torácico intenso y localizado, las mujeres pueden manifestar signos más sutiles como fatiga extrema, dificultad para respirar, náuseas o molestias en la espalda y el cuello. Esta diferencia en la presentación de los síntomas, unida a una mayor tolerancia al dolor y la tendencia a priorizar el bienestar de la familia sobre el propio, puede hacer que las mujeres tarden más en acudir al médico, lo que empeora el pronóstico de estas enfermedades.
El estrés emocional es otro elemento clave que afecta a la salud cardiovascular de la mujer. En muchas ocasiones, las emociones negativas pueden desencadenar problemas cardíacos como la miocardiopatía por estrés, también conocida como síndrome de Tako-tsubo, que simula un infarto. El ritmo de vida acelerado, la sobrecarga de responsabilidades y la falta de espacios para el autocuidado pueden generar un impacto significativo en la salud del corazón. Por ello, es fundamental adoptar herramientas que ayuden a gestionar el estrés, como la meditación, el ejercicio físico o la terapia psicológica, para reducir sus efectos negativos en el organismo.
Consejos para cuidar el corazón en la menopausia
El cuidado del corazón debe ser una prioridad desde edades tempranas, ya que los hábitos saludables tienen un impacto duradero en la salud cardiovascular. Una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y grasas saludables, combinada con la reducción de azúcares y grasas saturadas, es esencial para prevenir enfermedades del corazón. La práctica regular de ejercicio físico, como caminar, nadar o practicar yoga, ayuda a mejorar la circulación y a mantener un peso saludable. Evitar el consumo de tabaco y alcohol es, por otra parte, una medida fundamental, ya que estas sustancias pueden dañar las arterias y aumentar la presión arterial. Asimismo, dormir bien y hacerse revisiones médicas de manera periódica nos va a permitir detectar cualquier problema a tiempo y adoptar medidas preventivas para preservar la salud cardiovascular.
En definitiva, la menopausia no solo representa un cambio hormonal, sino también un punto de inflexión en la salud cardiovascular de la mujer. Adoptar un estilo de vida saludable, estar atenta a los síntomas y priorizar el autocuidado son estrategias clave para proteger el corazón y disfrutar de una vida plena y saludable en esta nueva etapa.
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