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La dermatitis seborreica es una afección crónica de la piel que causa enrojecimiento, picazón y descamación, siendo más frecuente en aquellas zonas donde hay una mayor cantidad de glándulas sebáceas, como el cuero cabelludo, la cara, el pecho y la espalda.
Suele manifestarse en forma de escamas amarillentas o blanquecinas y piel grasosa, no es contagiosa y suele ser bastante frecuente en los bebés, que es lo que conocemos como 'costra láctea'. En los adultos, suele presentarse entre los 30 y 60 años y es lo que conocemos como la caspa.
Aunque la causa no se puede definir con exactitud, de manera generalizada, la dermatitis seborreica aparece por factores genéticos, crecimiento excesivo de un tipo de hongo llamado Malassezia y la respuesta inmune del cuerpo. El estrés, los cambios hormonales, el clima frío y seco, y otros factores ambientales también pueden empeorar los síntomas.
Identificar la dermatitis seborreica correctamente es el primer paso para saber cómo afecta al cuero cabelludo y poder manejarla eficazmente, a través de un tratamiento prescrito por el dermatólogo acorde a tu problema.
Uno de los signos que nos indican que tenemos dermatitis seborreica es la descamación de la piel, es decir, esas escamas grasosas, blanquecinas o amarillentas, que aparecen principalmente en el cuero cabelludo, las cejas, alrededor de la nariz, detrás de las orejas y en el pecho.
"El objetivo principal es controlar los síntomas"
Además de las escamas, las zonas afectadas también se ponen enrojecidas, a veces inflamadas y pueden dar picazón la cual empeora con el sudor y con situaciones de estrés. El área afectada también se caracteriza por tener un aspecto oleoso y brillante. En el caso del cuero cabelludo, la dermatitis seborreica puede manifestarse como caspa persistente, que es difícil de eliminar con champús comunes.
Por eso, es conveniente acudir a un dermatólogo ya que si bien es cierto que la sintomatología puede ser generalizada, cada caso es particular y hay que estudiarlo de manera individual para poner el tratamiento, de igual modo, de manera personalizada.
Aunque es una enfermedad que no tiene cura, sus síntomas pueden controlarse con tratamientos como champús medicados, cremas antifúngicas y otros productos de cuidado de la piel. El objetivo principal es controlar los síntomas y para ello, el primer paso es ir al médico para que te dé un diagnóstico definitivo y que la sintomatología no se confunda con otras patologías.
Una vez diagnosticada la dermatitis seborreica, el tratamiento variará en función de la extensión de las zonas afectadas, de la localización y de la gravedad de la misma.
En el caso de que tu problema esté en el cuero cabelludo, hay diferentes tratamientos disponibles. Pongamos que tienes una dermatitis seborreica considerada normal, es decir, que no presenta ninguna gravedad, se puede controlar con champús específicos para cada problema (tratar hongos, otros que te ayuden a disolver las escamas córneas o aquellos derivados de brea o zin, respectivamente).
En niños, es importante que el tratamiento lo indique el pediatra ya que se trata de evitar siempre los tratamientos agresivos por dos razones. Por un lado, la 'costra láctea' suele resolverse espontáneamente y por otro, para evitar reacciones adversas por un uso inadecuado de fármacos.
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