¿Qué enfermedades transmiten los insectos que más proliferan en Andalucía con la llegada de las altas temperaturas?

Investigación y Tecnología

Advierten que debemos dejar de considerar las picaduras como una simple molestia estacional

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Picaduras de insectos
Picaduras de insectos / Freepik

La llegada del verano en Andalucía trae consigo más que altas temperaturas y largas jornadas de sol. Este año, los expertos alertan sobre un problema que va más allá de las incomodidades habituales: la proliferación de mosquitos y otras plagas que pueden transmitir enfermedades graves. La conjunción de una primavera lluviosa y un mayo inusualmente caluroso ha creado el caldo de cultivo ideal para que insectos como los mosquitos se reproduzcan en grandes cantidades, lo que preocupa especialmente en zonas como Sevilla y otras áreas del sur peninsular.

Este fenómeno, que coincidió con el Día Mundial del Control de Plagas celebrado el 6 de junio, ha encendido las alarmas entre los expertos en salud ambiental. El riesgo ya no es solo una picadura molesta: el cambio climático ha traído consigo enfermedades que hasta hace poco se consideraban exóticas y que ahora empiezan a ser endémicas en nuestro territorio.

Mosquitos y enfermedades tropicales: una amenaza real

En los últimos veranos, Sevilla ha vivido episodios que demuestran que las enfermedades transmitidas por mosquitos ya no son una amenaza lejana. El caso más preocupante fue el del brote de virus del Nilo Occidental, que afectó principalmente a esta provincia andaluza y dejó un saldo de más de 150 infectados y 11 fallecidos en 2023. Una enfermedad que hasta hace pocos años era casi desconocida en Europa ha encontrado en nuestro clima el entorno ideal para expandirse.

Los expertos señalan al calentamiento global como el gran responsable de este cambio de escenario. Las altas temperaturas y la humedad favorecen la reproducción del mosquito común, que ahora es portador del virus del Nilo, y del mosquito tigre, cada vez más presente en ciudades andaluzas, incluso en zonas del interior donde antes no se detectaba. Este último es un vector del dengue, el zika y el chikungunya. Enfermedades que se han dejado ver ya en nuestro país en forma de brotes autóctonos, algo impensable hace apenas una década.

La realidad es que el mosquito tigre ha llegado para quedarse. Su capacidad de adaptación le permite reproducirse en pequeños depósitos de agua, desde un simple charco hasta el plato de una maceta. Ya no necesita espacios naturales como pantanos o estanques, lo que facilita su expansión por áreas urbanas, incluidos patios y jardines particulares.

Ante esta situación, los investigadores piden cambiar el enfoque. Jordi Figuerola, científico del Estación Biológica de Doñana, ha señalado que el número de mosquitos aumentará notablemente con el calor del verano. Las autoridades sanitarias andaluzas han intensificado los controles, especialmente en las provincias más afectadas, para detectar a tiempo posibles brotes del virus del Nilo. La detección temprana sería clave para contener su expansión. Pero advierten que debemos dejar de considerar las picaduras como una simple molestia estacional. Ahora implican riesgos sanitarios serios, por lo que se recomienda adoptar medidas de prevención: uso de repelente, evitar acumulaciones de agua estancada, instalar mosquiteras y vestir ropa que cubra bien la piel, sobre todo al atardecer y durante la noche.

Cucarachas y garrapatas: plagas urbanas al alza en Andalucía

Los mosquitos no son la única preocupación para este verano. Otras plagas están mostrando un repunte preocupante, especialmente en entornos urbanos de ciudades como Sevilla, Córdoba o Málaga. Las cucarachas, por ejemplo, han encontrado en las altas temperaturas y en el aumento de residuos una oportunidad para multiplicarse. La cucaracha americana, de mayor tamaño y color marrón rojizo, prolifera en zonas cálidas y húmedas, mientras que la cucaracha alemana, más pequeña y de tonos amarillentos, es la más común en cocinas y viviendas.

Su presencia no solo es desagradable, sino que puede suponer riesgos para la salud pública, ya que pueden actuar como vectores pasivos de bacterias y alérgenos. Aumentar la higiene en las viviendas, sellar grietas y controlar los residuos orgánicos son acciones básicas para reducir su presencia.

Por otra parte, las garrapatas también están creciendo en número y distribución geográfica. Aunque tradicionalmente se las asociaba a zonas rurales, en los últimos dos años se han detectado en espacios urbanos, particularmente en parques y jardines donde las mascotas juegan un papel importante en su propagación. En Andalucía, aunque su presencia aún es limitada, preocupa el potencial riesgo de enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la enfermedad de Lyme o la fiebre botonosa mediterránea.

Estas enfermedades, aunque en su mayoría poco frecuentes, pueden tener consecuencias graves si no se diagnostican y tratan a tiempo. Por otra parte, también se ha encontrado relación entre el crecimiento del número de mascotas en los hogares con la presencia de garrapatas, ya que estos parásitos encuentran en los animales domésticos un vehículo para entrar en las casas. Por ello, es fundamental mantener a las mascotas desparasitadas y revisar su piel tras los paseos, especialmente en zonas verdes.

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