Psicología

Las señales 'ocultas' que diferencian el autismo en niñas

Las señales 'ocultas'  que diferencian el autismo en niñas

Las señales 'ocultas' que diferencian el autismo en niñas / freepik

El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación.  Las destrezas de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad  y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos. En este sentido, aunque existen distintos tipos de severidad y manifestación de este trastorno,  un diagnóstico temprano podría ayudar en la estimulación de aquellos niños que la padecen. Pequeñas diferencias relacionadas con el autismo pueden presentarse antes del primer cumpleaños y generalmente se presentan antes de los 24 meses.

Normalmente se suele relacionar el autismo con el genero masculino, y esto en principio es normal porque el sistema de recompensas de las mujeres suele ser más social, observándose que hay 5-10 veces más hombres con trastornos del espectro autista que en mujeres. En este contexto, existe evidencia que comenta que en las mujeres es más difícil de observar porque las niñas presentan diferentes tipos de intereses restringidos a los niños y pueden ser más difíciles de identificar como atípicos. En consecuencia, a las niñas se les diagnostica el trastorno del espectro autista significativamente menos y más tarde que a los niños.  

Incluso, se observa que muchas de ellas son capaces de desarrollar habilidades que les ayudan a ''camufla'' sus dificultades. En concreto, aprenden a imitar conductas sociales, aunque no las entiendan y no sean espontáneas, o adoptan roles pasivos en las interacciones sociales, en su deseo por conseguir la aceptación social del grupo. Este tipo de conductas provoca que pasen desapercibidas, lo que hace todavía más difícil detectarlas. Entonces, ¿Cómo diferenciar los síntomas aparentemente 'ocultos' ? Te los contamos. 

Diferencias y síntomas más comunes en niñas

Los más comunes y diferenciales son:

  • Preferencia por la soledad y pobres habilidades sociales, sobre todo con sus iguales.
  • Estilo de pensamiento rígido, inflexible.
  • Perfeccionismo y alto nivel de autoexigencia.
  • Problemas emocionales como la ansiedad o la depresión.
  • Mutismo selectivo (deja de hablar en determinadas situaciones o con determinadas personas).
  • Intereses recurrentes y obsesivos por temas como los animales, ponis, princesas, la lectura o el dibujo. 
  • Problemas en la conducta alimentaria (anorexia, bulimia…). 

OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

Según indican desde el portal FamiliaySalud.com otros aspectos importantes de alerta y a tener en cuenta son:

A nivel del lenguaje:

  • Tienen mejor lenguaje que los niños. A veces es rico y sofisticado. Con un tono de voz infantil y alto.
  • Son más expresivas que los niños. Usan más gestos faciales y del resto del cuerpo. Pueden sonreír. Tienen más contacto visual.
  • Pueden presentar mutismo selectivo (dejar de hablar en ciertas situaciones o con determinadas personas).
  • Repiten más preguntas o palabras que pronuncian ellas mismas o que acaban de oír.

A nivel de la socialización:

  • Aunque tienen interés por relacionarse, no saben cómo hacerlo. Les cuesta interpretar las intenciones, expresiones y bromas de los demás: muchas veces son irónicas.
  • Se relacionan mejor con adultos o con niños más pequeños.
  • Son niñas solitarias, tímidas, no suelen tener amigas. Buscan lugares tranquilos y aislados. Se sienten más felices en casa, es su lugar de confort.
  • Pueden ser víctimas de acoso escolar, de grooming (ciberacoso y abuso sexual online) y de violencia en las relaciones de amistad y amorosas. Son más vulnerables a padecer estos abusos por: mayor facilidad para establecer comunicación por internet, baja autoestima, dependencia, ingenuidad, querer caer bien y no identificar el abuso ni los peligros.

A nivel del juego:

  • Su juego parece normal. Desarrollan algo de juego simbólico (comidas, muñecas), pero se centran más en organizar el juego, en preparar la escena, en ordenar. Alinean sus juguetes. Es un juego obsesivo.
  • Juego solitario. Utilizan sus propias manos para representar figuras. Pueden tener amigos imaginarios, hasta en la adolescencia. Cuando juegan con otros niños son muy dominantes. Les gusta pintar y las manualidades.
  • Los intereses son parecidos a las demás niñas. Los niños sin embargo suelen tener intereses más peculiares (electrónica, trenes, dinosaurios, desmontar aparatos, ciencia, astronomía). Juegan con juguetes de niñas más pequeñas que su edad.

A nivel de la conducta:

  • A partir de los 6 años hacen menos movimientos repetitivos que los niños (balancearse, mover las manos de un lado para el otro, etc.).
  • Las alteraciones sensoriales de los niños con TEA se producen porque sus sentidos captan mal los estímulos externos, como la hipersensibilidad al ruido. Las niñas lo compensan con la gran memoria visoespacial que tienen y la gran memoria fotográfica.
  • Les cuesta identificar y expresar los sentimientos, pero pueden sentir compasión u otras emociones más que los niños. Son altruistas.
  • Pueden tener fobias.
  • Los problemas de salud mental son más frecuentes en las niñas con TEA:  ansiedad el ambiente social del entorno escolar. Pueden presentar depresión, intento de suicidio, autolesiones.
  • De conducta. Se autocontrolan, pero a veces estallan sobre todo en casa. Pueden tener rabietas, ser más irritables, desinhibidas e impulsivas.

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