La higiene es la mayor medida preventiva para evitar la aparición de bacterias en la comida y de cortar la contaminación cruzada en la manipulación de los alimentos. Lo vimos hace unos días cuando saltó la alerta por el riesgo de hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos que se estaban comercializando. 

Somos conscientes de que debemos llevar una buena higiene con respecto a los alimentos, pero muchas veces no prestamos la importancia que merece. La fruta puede estar expuesta a una amplia gama de contaminantes durante su producción, manipulación y transporte. Estos incluyen residuos de pesticidas, suciedad, bacterias y otros agentes patógenos que pueden representar riesgos para la salud si se ingieren en cantidades significativas. El lavado elimina estos contaminantes superficiales, reduciendo así la probabilidad de intoxicación alimentaria y otras enfermedades relacionadas con la ingesta de alimentos contaminados.

Consecuencias saludables de tener residuos en la fruta

Las consecuencias de no lavar adecuadamente la fruta pueden ser graves. Entre las posibles repercusiones se encuentran la intoxicación alimentaria, la enfermedad transmitida por alimentos, y en casos extremos, complicaciones de salud más severas.

Los productos químicos utilizados en la agricultura, como los pesticidas, pueden dejar residuos en la piel de la fruta, los cuales, si se ingieren, pueden causar desde malestar estomacal hasta efectos más graves en la salud, como problemas neurológicos o cáncer a largo plazo. Además, la fruta puede ser portadora de bacterias como Salmonella o E. coli, que pueden provocar infecciones gastrointestinales severas si no se eliminan mediante el lavado adecuado.

Uno puede intoxicarse al consumir frutas no lavadas de varias maneras. En primer lugar, al ingerir residuos de pesticidas, se corre el riesgo de sufrir toxicidad aguda o crónica, dependiendo de la cantidad y la toxicidad del compuesto en cuestión. Los síntomas de la intoxicación por pesticidas pueden incluir náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos e incluso convulsiones en casos extremos.

Además, las bacterias y otros patógenos presentes en la fruta pueden multiplicarse rápidamente si no se eliminan mediante el lavado adecuado, lo que aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos. La ingestión de estos microorganismos puede causar desde síntomas leves como diarrea y fiebre hasta complicaciones graves que requieren atención médica urgente.

Pasos a seguir para evitar la contaminación en la fruta

1. Lávate las manos: Antes de comenzar a lavar la fruta, asegúrate de lavarte las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Esto ayudará a prevenir la transferencia de bacterias de tus manos a la fruta.

2. Prepara el área de lavado: Utiliza un recipiente limpio y profundo para lavar la fruta. Evita lavarla directamente en el fregadero, ya que este puede estar contaminado con bacterias de otros alimentos.

3. Enjuaga la fruta bajo agua corriente: Coloca la fruta bajo agua corriente y enjuágala bien para eliminar la suciedad y los residuos superficiales. Puedes utilizar tus manos para frotar suavemente la superficie de la fruta y eliminar la suciedad adherida.

4. Utiliza un cepillo: Para frutas con cáscara más gruesa, como manzanas o peras, utiliza un cepillo de cerdas suaves para frotar la superficie y eliminar cualquier suciedad o residuo de pesticidas. Asegúrate de cepillar todas las áreas de la fruta, incluyendo las grietas y las hendiduras.

5. Emplea un detergente específico o vinagre: Si lo deseas, puedes utilizar un detergente específico para frutas y verduras o una solución de agua con vinagre (una parte de vinagre por tres partes de agua) para ayudar a eliminar las bacterias y los residuos de pesticidas. Deja que la fruta remoje en esta solución durante unos minutos antes de enjuagarla con agua corriente.

6. Seca la fruta: Una vez que hayas lavado la fruta, sécala con cuidado con una toalla limpia o déjala escurrir en un colador limpio antes de colocarla en la mesa.