El Palquillo

El Ayuntamiento analizará jurídicamente el nuevo Reglamento de las sillas cuando se apruebe

Montaje de los palcos de la Plaza de San Francisco.

Montaje de los palcos de la Plaza de San Francisco. / Juan Carlos Vázquez

El Ayuntamiento de Sevilla analizará jurídicamente el nuevo Reglamento de Uso y Adjudicación de las Sillas y Palcos de la carrera oficial de la Semana Santa cuando sea aprobado. Es decir, esperará a que los hermanos mayores den el visto bueno al texto en el pleno extraordinario que se celebrará el próximo día 27 de diciembre. 

Fuentes del Consistorio han explicado a este periódico que no pueden emitir aún una opinión porque no conocen oficialmente el texto que ha elaborado la junta superior del Consejo de Cofradías. El nuevo documento presenta como puntos más destacados un régimen sancionador y se reafirma en que en caso de suspensión parcial o total de los desfiles procesionales por la carrera oficial, los abonados, o adjudicatarios preferentes, como se les defines, no tendrán derecho a reclamar el reembolso de las cantidades pagadas.

El Ayuntamiento juega un papel importante en la carrera oficial, ya que se monta gracias a la cesión del suelo público que éste hace y por la que el Consejo abona una tasa. Además, tiene competencias sobre este recorrido común de las procesiones, entre ellas las de seguridad, por lo que es su intención analizar con detalle el Reglamento.

Así lo recoge el propio texto: "Antes que nada, es necesario hacer constar que la gestión de la explotación de las sillas y palcos es una cesión o concesión administrativa por el titular del derecho, que no es otro que el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Tal circunstancia implica que la adjudicación de un derecho de uso sobre sillas y palcos a los abonados, no se extienda ad infinitum, pues está sometida a la temporalidad de la concesión".

También lo tendrá que hacer la Junta de Andalucía en el marco de sus competencias. Por ejemplo, la Administración Autonómica es la encargada de regular los espectáculos públicos. En este caso, el Consejo se afana por argumentar que, en ningún caso, las procesiones pueden ser consideradas como tal, sino como un acontecimiento puramente religioso, ya que las cofradías discurren por este lugar con el único propósito de llegar a la Catedral donde realizan sus estaciones de penitencia.

El nuevo Reglamento elaborado por el Consejo no dista mucho del anterior, pero sí profundiza en algunos aspectos del mismo. La extensa exposición de motivos, ausente en el texto de 2019, repasa la historia de la carrera oficial o la importancia económica que la explotación de la misma, gracias a la cesión del suelo por parte el Ayuntamiento, tiene para las hermandades. Sostiene el Consejo que la pandemia ha sido un punto de inflexión. La reforma del Reglamento “va dirigida a puntualizar y clarificar aquellos extremos que pudieran arrojar confusión y, sobre todo, a realizar una labor didáctica en la que explicar cuáles son los fines principales en la administración de este activo, que quizás, han podido distorsionarse o quedar difuminados por errores de concepto, que no han sido debidamente aclarados”.

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