Ciclo de coloquios en la Fundación Cajasol

De Cernuda al pregón con 'buena letra'

  • La Sala Antonio Machado de la Fundación Cajasol acogió un coloquio sobre literatura y Semana Santa organizado por la Academia de Buenas Letras y el Consejo de Hermandades

Aquilino Duque, Juan Lamillar, Rogelio Reyes e Ismael Yebra durante el acto en la Fundación Cajasol.

Aquilino Duque, Juan Lamillar, Rogelio Reyes e Ismael Yebra durante el acto en la Fundación Cajasol. / m. g.

La Sala Antonio Machado acogió un coloquio bajo el título Cofradías y Letras. En él, se habló del poeta que da nombre a la ubicación y de otros muchos asuntos relacionados con la literatura y la Semana Santa. La Academia de Buenas Letras y el Consejo de Hermandades y Cofradías fueron los organizadores del acto, que contó con Ismael Yebra, director de la propia academia, como moderador. Los ponentes fueron los poetas Aquilino Duque y Juan Lamillar y el profesor Rogelio Reyes. Antes del acto se repartieron copias del poema Luna llena en Semana Santa, de Luis Cernuda. Probablemente, el nombre más repetido durante el acto.

Yebra dio la palabra por turnos a los protagonistas, que la utilizaron a su manera. Duque alternó la lectura de sonetos con un repaso por su relación con la Semana Santa. Declamó versos dedicados a la Macarena, la Amargura, el Cachorro y la Esperanza de Triana. Y contó como Joaquín Romero Murube lo inició en el ambiente cofradiero una noche en San Juan de la Palma entre versos de Poema de la Saeta, de Federico García Lorca. "Nunca he sido cofrade y sólo soy hermano de la Virgen del Puerto de Zufre", explicó. No obstante, declaró que quedó "deslumbrado desde la infancia" por la Semana Santa.

Aquilino Duque durante el coloquio. Aquilino Duque durante el coloquio.

Aquilino Duque durante el coloquio. / M. G.

Rogelio Reyes fue quien hizo repartir los versos de Cernuda antes de comenzar el acto, puesto que hizo una profunda reflexión sobre ese texto. Reyes dejó patente la "visión elegíaca de la temporalidad" que tenía el poeta sevillano, al que calificó como "detractor del presente y del tiempo" en sí mismo. Habló de cómo Cernuda muestra "una Semana Santa evocada con una fiesta de los sentidos", sin nombrar imágenes ni elementos que lo ubiquen histórica o ideológicamente. Algo que sí manifestó Machado, que "declara su falta de sintonía con la fe de sus mayores" en su popular La Saeta. Reyes se preguntó en voz alta cómo le sentaría a Machado saber que su crítica es uno de los himnos de la Semana Santa actual gracias a la versión de Joan Manuel Serrat.

Juan Lamillar, por su parte, prefirió utilizar su turno inicial para dar una visión de escritores extranjeros sobre la Semana Santa de Sevilla. Lamillar comenzó citando al pintor Igor Stravinsky cuando vio en 1921 la salida de la Virgen del Refugio de San Bernardo acompañada de la marcha Soleá dame la mano: "Estoy escuchando lo que veo y viendo lo que escucho". A partir de ahí, hizo un repaso desde los intelectuales franceses e ingleses que llegaron a Andalucía en el siglo XIX hasta los sudamericanos en el XX. Pasando por los norteamericanos y sus confusas descripciones que relacionaban a los nazarenos con los miembros del Kukuxklan.

Ismael Yebra moderó el coloquio. Ismael Yebra moderó el coloquio.

Ismael Yebra moderó el coloquio. / M. G.

Tras las aplaudidas intervenciones iniciales, Yebra propuso algunos temas para producir la conversación entre los ponentes. "¿Hasta qué punto contribuyó la Generación del 27 a la difusión de la Semana Santa?", preguntó el académico. Una cuestión que, por medio de la revista Mediodía, les llevó a un asunto controvertido para ellos y que une literatura y Semana Santa cada año: el pregón. O, mejor dicho, los pregones, puesto que son varios los que se desarrollan cada año en Sevilla. "Ahora no se admitiría un pregón como el de (José María) Pemán", aseguró Yebra. Algo en lo que coincidieron sus acompañantes de escenario. "Parece obligado recurrir al verso y lo han convertido poco a poco en una manifestación sobrada de literatura", opinó Reyes, que ensalzó el pronunciado por Ignacio de Lojendio en 1951. Duque fue más directo y coloquial: "Hay muchos fandangueros".

El estilo de los actuales pregones fue motivo de análisis. "El punto de inflexión fue el de Rodríguez Buzón y ha sido canon", explicó Rogelio Reyes en alusión a la vertiente más folclórica del acto. Lamillar encontró entre los actuales uno que alabar y tuvo buenas palabras para el escrito por Lutgardo García en 2015. Aquilino Duque lo comparó con el taurino, que él dio en 1998, y dijo que en él "no hay un canon establecido", refiriéndose a la estandarización que ha sufrido el cofradiero en las últimas décadas. Reyes añadió que "quien se salga de ahí, se expone a no ser entendido".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios