El Palquillo

La Esperanza de Triana se propone acabar con los gritos ofensivos hacia la Virgen

La entrada de la Esperanza de Triana en la capilla de los Marineros / PABLO LASTRUCCI

La Hermandad de la Esperanza de Triana ha publicado este miércoles un rotundo comunicado en el que manifiesta su disconformidad ante el "desafortunado" hecho acaecido durante el traslado de Nuestra Señora de la Esperanza a la Capilla de los Marineros el pasado domingo, en el que un hermano de la corporación profirió, a voz alzada, una expresión dirigida a la Dolorosa con palabras que, bajo la consideración de la junta de gobierno, "estaban fuera de lugar y resultaron ofensivas, tanto para los propios hermanos de la Esperanza de Triana como para el público allí presente".

El comunicado de la corporación de la Madrugada señala que la devoción a Nuestra Señora de la Esperanza ha sido, desde tiempo inmemorial, "sinónimo del más castizo fervor popular, enmarcado en todo momento en la idiosincrasia de nuestro barrio de Triana y las costumbres arraigadas a través de los siglos en sus vecinos". La Virgen, desde hace décadas, recibe a su paso una multitud de expresiones salidas del corazón y de la más profunda devoción de aquellos que las manifiestan en forma de vivas, oraciones e incluso piropos, "pero siempre emanados desde el más honroso respeto hacia lo que nuestra Amantísima Titular significa, representa y merece".

La junta de gobierno que preside Sergio Sopeña recalca "que es su intención que esta tradición de amor para con nuestra Señora siga viva en el transcurso de los años venideros, al igual que nuestra corporación ha tenido la dicha y la fortuna, a través del arduo trabajo de todos aquellos que nos precedieron, de mantener intacta su rica personalidad, y es por ello que nosotros, los hermanos que en la actualidad conformamos la Esperanza de Triana, debemos velar por la integridad y la honorabilidad de este patrimonio inmaterial que hemos heredado en nuestros días".

Ante estos hechos, la junta de gobierno ha decidido "emprender las conversaciones y las acciones oportunas" de cara a esclarecer dicha circunstancia e intentar evitar, en la medida de lo posible, su repetición en el futuro, "solicitando en todo momento que, como fieles seguidores del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, se muestre el respeto, la comprensión y el perdón sincero que el hermano involucrado en el hecho que nos ocupa merece".

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