CULTO EXTERNO

La Hiniesta protagoniza el primer vía crucis del año

El Cristo de la Buena Muerte en el convento de Santa Paula

El Cristo de la Buena Muerte en el convento de Santa Paula / José Angel García (Sevilla)

Incienso y música de capilla en el barrio de San Julián. El Cristo de la Buena Muerte, de la Hermandad de la Hiniesta, presidía el primer vía crucis del año acompañado por centenares de cofrades. El curso pasado este culto externo no pudo celebrarse a causa de la actual pandemia. 

Portado en unas nuevas andas que se estrenaban para la ocasión, más cómodas y con mayor capacidad de cargadores, el crucificado tallado por Castillo Lastrucci en 1938 atravesaba la ojiva de su templo parroquial, con las últimas luces de la tarde.

La cruz de guía, flanqueada por dos faroles, precedía al cortejo de hermanos con cirios. Antes del Señor llegaba el estandarte de la hermandad, la presidencia, el trío de capilla y el cuerpo de acólitos. Los lirios morados exornaban las andas y la base de la cruz arbórea, la de salida.

El Cristo de la Buena Muerte ante las Siervas de María El Cristo de la Buena Muerte ante las Siervas de María

El Cristo de la Buena Muerte ante las Siervas de María / José Angel García (Sevilla)

Avanzaban las andas mandadas por los Ariza, con paso racheado. Desde un micrófono con altavoz se iban leyendo las lecturas de las catorce estaciones de la pasión y muerte de Jesucristo. Algunas se rezaron en los conventos de Santa Paula, Santa Isabel y San Cayetano, también en la capilla de la Real Hermandad Servita y a las puertas de San Marcos.

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