Oros distintos
De capa y cola (Un paréntesis en las vísperas)
Sin reino ni corona este monarca muestra sus atributos más preciados (no piensen mal que seguimos en periodo de abstinencia).
El aceite y el líquido elemento han bruñido el metal que conforma su tesoro. Al fondo, una pared de azulejos repetitivos vislumbran la escena donde la rutina se ha apeado.
Antes de llegar a casa una parada en seco en el bar más cercano. Es cuaresma y la lista de tapas ha variado para adaptarse a este periodo en el que las almas deben estar en constante alerta.
Hay que cuidar el espíritu. Y el cuerpo, también. Por eso la culinaria hispalense sabe de guisos que evitan la tentación de la carne.
Aquí llegó el primer antídoto para no caer en el lujurioso pecado: pavías de bacalao regadas con un buen buche de cerveza. Distintos oros. El mismo brillo en el estómago.
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