Sevilla se echó a la calle para disfrutar del traslado del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón a la Santa Iglesia Catedral, donde a las ocho y cuarto comenzaba el rezo de las catorce estaciones del Vía Crucis. Minutos antes de las cinco y media de la tarde, numerosos cofrades se aproximaban a la calle Cristo del Calvario para presenciar la salida del Crucificado de Juan de Mesa.

Recorrió bajo los rayos del sol las calle San Pablo y Rioja, enfilando posteriormente la calle Tetuán, desde la cual llegaría al entorno de la Capilla de San José. Por la calle Sagasta llegaría a la Plaza del Salvador, aproximándose al entorno catedralicio por Argote de Molina y Alemanes. Los flashes y los teléfonos móviles tomaban la instantánea esperada, cuando el Señor llegaba a la Puerta de los Palos.