El arzobispo de Sevilla vuelve a coincidir con el ensayo de La Paz: "Decir costalero es..."

Que José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, está perfectamente aclimatado a la ciudad es un hecho. Y no es apariencia o aderezo: conoce, vive y comprende de cerca la realidad y el día a día de las cofradías de una Archidiócesis cuya sede ocupa desde junio de 2021.

Monseñor Saiz, tal y como ocurriera en febrero del año pasado, ha vuelto a visitar un ensayo de costaleros, y de nuevo ha sido el de la Hermandad de la Paz, que en la noche de este pasado lunes ha recorrido las calles aledañas a la Parroquia de San Sebastián a poco más de dos semanas para el Domingo de Ramos. Por fortuna, encontramos diferencias ostensibles con respecto a la Cuaresma anterior: ni rastro de mascarillas ni incertidumbres por la posible transmisión del virus entre los costaleros.

La estampa es pura autenticidad: todos los hombres del costal, disciplinados y en silencio, escuchan atentamente las palabras que Monseñor les dedica; unas declaraciones en las que valora y reflexiona sobre la palabra costalero y sus semejanzas con el peso de la vida: "Amigos costaleros, un año más nos encontramos aquí. Qué os puedo decir... Decir costalero es decir fe y amor a nuestro Señor, y a María Santísima. Porque el Señor es el centro de nuestra vida, porque la Virgen nos lleva de la mano por un camino no siempre fácil..."

Prosigue en su disertación: "Decir costalero es sacrificio, esfuerzo, llevar el paso, seguir los pasos del Señor... A veces en la vida se nos plantean situaciones en las que no podemos más..." Y, quizás, lo esencial: "Decir costalero es decir amistad, trabajo en común, equipo, convivencia, compartir..."

Por último, ha querido desear a los hombres de Sanguino una "Semana Santa que sea santa de verdad, al igual que agradezco vuestra misión como costaleros". Un arzobispo que no solo pastorea desde los despachos, sino que se sumerge por completo en la verdad de su rebaño. Un rebaño entregado a este pastor que quiere, cuida y protege la Semana Santa y toda su riqueza.