La Divina Pastora y una posible coronación al aire libre casi veinte años después

No será una estampa inédita para las actuales generaciones de cofrades pero sí resultará novedosa en clave letífica. La Divina Pastora de Santa Marina ha anunciado su propuesta de coronar canónicamente a su titular, la Divina Pastora, en la Plaza del Triunfo, un enclave de honda trascendencia religiosa en la historia de la ciudad. Es el proyecto que ha planteado la junta de gobierno, a falta de ser ratificada tanto por la autoridad eclesiástica como por la municipal.

De aprobarse, contemplaríamos una escena en ningún caso usual en este tipo de celebraciones en la capital hispalense (puesto que en los pueblos, por lo general, sí suelen desarrollarse en espacios emblemáticos para los vecinos o la corporación). La última vez que una imagen sevillana se coronó al aire libre fue la Virgen de la O, en el año 2007, en la Plaza del Altozano. La dolorosa trianera presidió un altar en este característico entorno, mirando a la calle San Jacinto y a todo su barrio, en una misa presidida por fray Carlos Amigo Vallejo. Fue el último pontifical de coronación -de la capital- que ofició el recordado cardenal vallisoletano. La eucaristía comenzó a las ocho de la tarde y la imagen regresó a su templo cercanas las cinco de la madrugada del ya domingo 3 de junio.

En cambio, habría que remontarse décadas atrás para hallar la primera (y última) coronación canónica al aire libre de una imagen letífica o de gloria. Fue, además, una de las procesiones más multitudinarias que se recuerdan según recogen las crónicas de prensa del momento. Hablamos de la coronación de María Auxiliadora de la Trinidad, una advocación profundamente arraigada en el devocionario popular sevillano. Corría la tarde del 31 de mayo de 1954. Cientos de miles de personas se agolpaban en la antigua plaza de Calvo Sotelo, hoy de Jerez, para presenciar tan distinguida eucaristía. El cardenal Pedro Segura y Saenz, tras recibir la concesión directamente desde Roma, impuso sobre las sienes de María Auxiliadora la singular presea que desde entonces porta, una obra anónima de 1910 enriquecida para la ocasión gracias a la donación de hermanos y devotos. Se trataba, además, de la primera coronación de una imagen perteneciente a una iglesia distinta de la Catedral, puesto que sus dos predecesoras, la Virgen de los Reyes y la Virgen de la Antigua, reciben culto en la seo metropolitana.

Justo diez años después estaba prevista la coronación canónica de la Esperanza Macarena en otro enclave al aire libre y de especial trascendencia, la Plaza de España, pero la lluvia obligó que el ceremonial se trasladase finalmente al templo mayor de la Archidiócesis. Bien es cierto que hay dos casos interesantes que merecen ser reseñados, puesto que indagando en la cronología de las coronaciones canónicas hay que detenerse en el año 1972. En cuestión de cuarenta y ocho horas fueron "coronadas" dos imágenes de la capital y de la misma advocación: las Mercedes de Santa Genoveva y las Mercedes de la Puerta Real. Y abrimos el entrecomillado puesto que se trataron de coronaciones litúrgicas o imposiciones de coronas, es decir, no alcanzaban el rango canónico. Ambas celebraciones, curiosamente, se oficiaron al aire libre. La primera de ellas lo hizo sobre un altar levantado en la avenida Almirante Topete y la segunda ante la fachada del Museo de Bellas Artes en la plaza del Museo. Los decretos de reconocimiento canónico llegaron, respectivamente, en 1997 y 1998.

Los cofrades de Santa Marina preparan, por tanto, un evento de destacada envergadura para coronar a su Virgen, la Divina Pastora, devoción netamente sevillana con más de tres siglos de historia.