La foto de la Macarena que llegó al Amazonas

La instantánea fue tomada por Juan Haretón a principios de los 70, antes de la primera intervención de Arquillo

Se hizo para los donantes de flores, del Mercado de la Encarnación

La entrevista a José Antonio Fernández Cabrero

La estampa de la Macarena, de Juan Haretón, que llegó al Amazonas.
La estampa de la Macarena, de Juan Haretón, que llegó al Amazonas. / Juan Haretón

04 de agosto 2025 - 06:15

Una fotografía de la Macarena, de principios de los 70, anterior a la primera restauración de Francisco Arquillo, y que acabó en un poblado indígena. Su autor fue Juan Haretón, que estuvo más de 50 años al servicio de la hermandad, tomando instantáneas de la Dolorosa en todos sus cultos. No faltó a ningún besamano hasta casi su muerte. La historia la narra su hijo, que toma el mismo nombre y apellido artístico de su padre, de quien aprendió el arte de plasmar en imágenes las devociones populares.

En la foto, se observa a la Virgen de la Esperanza de frente, rodeada en la parte inferior por flores de tonalidad rosa, un guiño a quienes promovieron la instantánea, los donantes de flores. El grupo se creó entre los comerciantes del Mercado de la Encarnación, uno de los focos principales de devoción macarena. Al frente de este colectivo se encontraba Luis Torres. El fin era recaudar dinero con el que costear las flores que la hermandad necesitaba en sus diferentes cultos y en la Semana Santa. Un modelo que luego tuvo numerosas réplicas en otras cofradías.

Este reportaje, de Juan Haretón padre, fue realizado en la primera mitad de la década de los 70 de la pasada centuria, hace ya medio siglo. Fue anterior a la primera restauración que le practicó en 1978 Francisco Arquillo a la Dolorosa más universal. En ella se observa la impronta que ahora se intentará recuperar en la intervención que llevará a cabo Pedro Manzano -con la tutela del IAPH y la supervisión de dos comisiones de expertos- tras la aprobación por una importante mayoría de hermanos en el cabildo extraordinario del pasado martes.

La fotografía que hizo Juan Haretón padre en la primera mitad de los 70 para los donantes de flores.
La fotografía que hizo Juan Haretón padre en la primera mitad de los 70 para los donantes de flores. / Juan Haretón

La fotografía en cuestión guarda una bella historia que el hijo del autor conoció años después a su realización. Fue a través de Luis Álvarez Duarte, prolífico imaginero que también fue protagonista de un viaje donde estuvo muy presente la Virgen de la Esperanza. Según le narró Álvarez Duarte a Juan Haretón hijo, un grupo de amigos lo convenció para hacer un viaje al Amazonas. Aunque aquella idea surgió mientras tomaban unas cervezas y luego cayó en el olvido, una mañana el imaginero recibió una llamada de un centro de salud para que se vacunara. Embarcaban en pocos días rumbo al río más caudaloso del mundo.

Una vez en tierras de Sudamérica, un guía los acompañó en la travesía. Todo iba bien, hasta que una mañana se presentó una tormenta tropical, que llegó a poner en peligro sus vidas. Tal fue la corriente que tomó el río, que perdieron los víveres que guardaban en la embarcación. Momentos de angustia que lograron dejar atrás gracias a la pericia del guía local, que, a duras penas, guió el barco hasta un afluente con un caudal más liviano.

Hambrientos, cansados y bastante pesadumbrados, llegaron a una aldea indígena, famosa en la zona por la elaboración de un pan típico. Los habitantes los recibieron como auténticos supervivientes y les dieron cobijo en una especie de chozo. La sorpresa fue mayúscula cuando, al entrar, se percataron de que en aquella rústica estancia se encontraba una foto de la Macarena. Era la instantánea que a principios de los 70 había realizado Juan Haretón. Allí estaba su firma.

Los protagonistas de aquella aventura tuvieron claro desde ese instante que la Virgen de la Esperanza los había salvado y que, como su propio nombre indica, los había llevado a buen puerto, aquella aldea donde pudieron comer, descansar y ponerse a salvo.

Primer plano de la Virgen de la Esperanza en el reportaje de Juan Haretón.
Primer plano de la Virgen de la Esperanza en el reportaje de Juan Haretón. / Juan Haretón

La historia se la contó Luis Álvarez Duarte a un joven Juan Haretón hijo, al que ya por entonces su padre enseñaba en el arte de la fotografía. Ambos compartieron muchos momentos en los besamanos del 18 de diciembre. "La fotografía de mi padre había llegado, no sabemos cómo, al corazón del Amazonas", comenta en declaraciones a este periódico, al que narra también que el interés por la fotografía en la familia comenzó con su abuelo, Francisco Velasco, quien aprendió de un amigo francés a manejar la cámara que en la década de los 30 había comprado en Barcelona.

La estampa que llegó al Amazonas estaba realizada con una Calumet, de fabricación americana. Se trata de una placa fotográfica 9/12, como detalla Juan Haretón hijo, quien desde hace 15 años no ha vuelto a fotografiar a la Macarena. Reside ahora en Almería, donde guarda con celo todas esas instantáneas que su padre y él hicieron durante décadas a la dolorosa más universal, la Esperanza que vence cualquier naufragio.

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