El Jubileo de las Cofradías comienza tras meses de espera

Inicio del Jubileo de las Cofradías en Roma
Inicio del Jubileo de las Cofradías en Roma / Juan Carlos Muñoz

Roma/Tras meses de espera, arrancaba el Jubileo. Después de tres días viviendo con intensidad el ambiente en la Basílica de San Pedro, fue en esta ocasión San Juan de Letrán quien acogiese a los miles de peregrinos de todo el mundo que venían para llevarse el jubileo de vuelta a su tierra.

El acto arrancaba a las 17:00, en la Basílica de San Juan de Letrán. Una de las más imponentes de Roma. Y la Catedral de la Diócesis romana, sede episcopal del Obispo de Roma. A su vez, da sepultura a quienes fueran Papa de la Iglesia católica, aquellos que —como Francisco en Santa María la Mayor— no quisieron ser enterrados en el Vaticano. Entre ellos, reciben sepultura León XIII, Juan XII o Clemente XII, entre otros muchos.

Sorprendía ver túnicas de nazareno entre las filas de peregrinos que esperaban pasar el control de seguridad. Eran los hermanos del Nazareno de León, que también han acudido a Roma para participar en la procesión del Jubileo. Y no solo eso. Llamaba la atención las diferentes (e inusuales) indumentarias que se veían en los alrededores de la plaza que da nombre al templo. Los cofrades, tal y como solicitó el propio Vaticano, portaban las vestimentas típicas de sus cofradías. Para algo celebramos su Jubileo, para dar a conocer la forma de vida de la Piedad Popular de los fieles en sus Hermandades.

Las paredes que sostienen los cimientos del templo romano dejaban entre ver cientos de banderas de nuestro país. Muchas de ellas, con los escudos del Cachorro y de la Virgen de la Esperanza. La cantidad de peregrinos andaluces se hacían notar. Eran de los pocos que no llevaban indumentaria destacable y es que, en nuestra tierra, no hay mayor sello en las Hermandades que las americanas, corbatas y chaquetas que portaban los asistentes.

"Así hacemos las cosas aquí"

Una imagen de la apertura del Jubileo de las Cofradías
Una imagen de la apertura del Jubileo de las Cofradías / Juan Carlos Muñoz

La euforia se desató cuando subió al atril del Altar Mayor Paloma Saborido, coordinadora nacional de la Gran Procesión de Roma. Un aplauso rompió el ensordecedor silencio que había en los bancos del templo cristiano. Los discursos y testimonios, todos en italiano, tenían encandilados a los oyentes. Pero los españoles somos tan propios que no podemos evitar celebrar cuando uno de los nuestros toma la palabra.

En palabras de Saborido, "las cofradías procesionan para dar sentido a la palabra de nuestro Salvador, por eso estamos hoy aquí". Puntualizaba también que "en España a las cofradías les aplaudimos y vitoreamos porque es la Fe del pueblo. Así hacemos las cosas aquí". Y otro aplauso. Este aún más grande. Cómo se nota la gente del Cachorro, de la Esperanza y del Nazareno de León. Cómo se nota nuestro fervor, nuestra pasión, nuestra forma de vivir.

Cantos, entre ellos el de Diana Navarro, quien ya cantara horas antes ante el Cristo de la Expiración y la Virgen de la Esperanza; oraciones y algún que otro testimonio —en italiano, por supuesto, mal día para los que no conocen el idioma— seguían dando cuerda al acto inaugural, que finalizó tras hora y media de acto.

El Jubileo se ha iniciado. Los hermanos del Cachorro y de la Esperanza llevan desde abril del pasado 2024 esperando este momento. Para muchos, la estampa de sus titulares en San Pedro ha sido más que suficiente, se vuelven a casa llenos. Sin embargo, ¿quién no sueña ya con ver al Cachorro por el Colisseo? ¿Quién no imagina a la Esperanza, con la inmensidad de su trono, por las calles de Roma? En breve sonará la Puebla y la Oliva. En horas sonará la Esperanza. A sus hermanos: descansen, sueñen y vívanlo, ya sois parte de la historia.

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