Otras grandes polémicas en la historia reciente de la Semana Santa de Sevilla
El cartel de Salustiano ha dado la vuelta a España y generado debate y diferentes opiniones, tanto a favor como en contra
En todos los apartados de la fiesta se ha generado polémica, desde música hasta imaginería
Así es el cartel de Salustiano para la Semana Santa de Sevilla 2024
Afortunadamente, para nosotros y para las futuras generaciones de cofrades, la Semana Santa es una fiesta viva, total (Moreno dixit) y como tal se configura como espejo de la sociedad o el contexto histórico del momento. No permanece ajena e impasible a todo cuanto sucede porque, directamente, revierte en su propia manifestación.
Desde el principio de los tiempos, la Semana Santa ha experimentado evoluciones e, incluso, transgresiones bien entendidas para su vital mantenimiento. Y los cofrades, en su legítimo derecho de expresarse, rechazaron ciertas cuestiones o costumbres que, a posteriori, se han convertido en innegociables. Ya lo comentábamos en esta tribuna hace un tiempo: seguro que en la Cruz del Campo ya había cofrades sentados en sillitas lamentando que "esto ya no es lo que era" o "esto ya no es de toda la vida...". ¡Qué polémica no habría cuando Niño de Guevara decidió llevarse a todas las cofradías a la Catedral a hacer estación de penitencia, en vez de visitar los humilladeros u otros puntos penitenciales! Y hoy día, fíjense. A vueltas con el cambio de Carrera Oficial...
O cuando Ojeda decidió vestir a los armaos con leotardos rosas o colocarle antifaces verdes a nazarenos que antes vestían de negro. O cuando Lastrucci perpetuó a su María Cos en la Virgen del Dulce Nombre, hoy bautizada como "la gracia de Sevilla bajo palio". O cuando Juan Miguel Sánchez presentó el dibujo del palio de la Virgen de los Ángeles, un auténtico prodigio del patrimonio material de la fiesta. De todo aprendemos y de todo evolucionamos.
Nadie niega que en el cartel de Salustiano existen referencias limitadas a la fiesta mayor de la ciudad y, que el cofrade en él no se identifica, a diferencia de otras obras también criticadas tiempo atrás. Pero estas polémicas (hoy amplificadas abruptamente por las redes sociales) siempre han estado presentes en la fiesta y en todos los aspectos.
Cartelería
En el caso de la cartelería, Salustiano no es el primer artista que se expone a la crítica feroz de un sector de la sociedad sevillana. Ya en el año 1984 -encargado, esta vez, por el Ayuntamiento- una parte del municipalismo y de los cofrades solicitaron la retirada inmediata del cartel de Rolando Campos, aquel famoso collage que sirvió de anuncio para la Semana Santa. El autor empleó fotografías de un libro de 1947 publicado por Luis Arenas, y la petición de retirada se basó en que "violentaba los derechos de propiedad intelectual" y rompía "la tradición sevillana".
En 1995 el punto de mira se dirigió a Maireles, que se atrevió -fíjense la osadía- a pintar la Giralda en la pupila inconfundible de la Macarena. Fue criticado e incluso vetado, pero actualmente se considera uno de los carteles más impactantes y representativos de la Semana Santa sevillana. Qué decir del cartel del profesor Antonio Agudo, quien comentó que "sin estar representada ninguna imagen de la Semana Santa, estarían todas". Su particular Cristo se tachó como un crucificado zamorano en Sevilla porque no recogía una imagen identificable por el cofrade local. Hoy día sus lienzos representan el Vía Crucis de la Basílica del Gran Poder. O el cartel de Juan Miguel Sánchez para 1931, uno de los mejores carteles de todos los tiempos que hoy día causaría pavor.
Pero no debemos irnos a un plazo inferior a una década. Fue en 2015, cuando la cofradía de la Hiniesta presenta el cartel conmemorativo del 450 aniversario fundacional. Tras el damasco se ocultaba el lienzo de un tal Manolo Cuervo, que lleva cuarenta años pintando para toda Europa y parte del mundo. Aquello fue poco más que una blasfemia por los "manchurrones" y "brochazos" sobre el rostro de la imagen, algo inconcebible. Cuervo ya ha sido cartelista de la Semana Santa y su Cachorro pasará a la historia. O el de Miki Leal para la Macarena...
Música y otros aspectos
Pero no solo la cartelería, expuesta a la vertiente más visual y directa de la Semana Santa, ha permanecido en el ojo del huracán de la polémica. La música también ha formado parte de la evolución de la fiesta y sus avances han sido criticados, especialmente en el género de las bandas "cristeras".
Corría el año 1992 y la banda de Las Cigarreras estrenó la marcha Pasión, Muerte y Resurrección, una obra de Francisco Javier González Ríos, otro de esos nombres que apostaron por la renovación. En una ciudad abierta al mundo, la marcha fue criticada por diversos sectores y cofrades, puesto que rompía con la "tradición" de las marchas clásicas gracias a la introducción de trompetas o medios tonos, así como las palilleras. Hoy es imprescindible en cualquier repertorio de cornetas y tambores y abrió el camino para nuevas composiciones en diferentes bandas. Caso similar con Nicolás Barbero, que reactivó el género de las agrupaciones musicales con nuevas sonoridades.
Otros apartados artísticos de la fiesta también han sido objeto de parte de la crítica del momento, como en todo en la vida y como seguirá ocurriendo. Y todo el mundo tiene una opinión, solo faltaba, pero siempre expresada huyendo de la descalificación. Apenas hay que remontarse meses atrás cuando volvió la polémica por el cambio de la Virgen de la Cabeza, de la hermandad de las Siete Palabras. Dos cabildos en este siglo y ambos con el mismo resultado: mantener la efigie actual de Escamilla.
También fue tachado de "falto de unción sagrada", por parte incluso de la autoridad eclesiástica, el misterio de Ramos Corona para Jesús Despojado y hoy día continúa asumido y asentado en la Semana Santa. O algunas voces contrarias que, en 1997, lamentaron la supresión del misterio de Álvarez Duarte para el Buen Fin, proyecto que se ha retomado felizmente y verá la luz el próximo Miércoles Santo.
¡Y cuántos libros fueron pasto de la crítica o del olvido en el momento de su publicación! Que se lo digan a Chaves Nogales, preclaro periodista cuya obra hoy es imprescindible, o la Teoría y Realidad de Núñez de Herrera, que tuvo que esperar cuarenta años para la reimpresión de su capital título.
Sea como fuere, en la base de todo radica el respeto, la pluralidad de opiniones y la construcción de un debate sano en la búsqueda de un objetivo común: la permanencia en el tiempo de nuestra Semana Santa, la fiesta más hermosa jamás pensada.
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