Las otras magnas procesiones de Sevilla
Del Congreso Mariano de 1929 al frustrado Vía Crucis de la Fe de 2013: la ciudad ha organizado con regularidad cortejos como los que recorrerán las calles este domingo
Todos los detalles de los traslados a la Catedral para la magna: cortejo, horarios y puntos de interés
Sevilla vivirá este domimgo, 8 de diciembre, una procesión histórica para clausurar el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Recorrerán las calles de la ciudad ocho de las devociones más importantes de la Archidiócesis: la Patrona, la Virgen de los Reyes; el Señor del Gran Poder, el Cristo del Cachorro; la Esperanza de Triana, la Esperanza Macarena; la Virgen de Valme, protectora de Dos Hermanas; la Virgen de Setefilla, patrona de Lora del Río; y la Virgen de Consolación, patrona de Utrera. Todas estas imágenes cuentan con siglos de devoción. Pero no será la primera vez que la ciudad de la Giralda, santo y seña de la religiosidad popular, organiza una procesión de este tipo. La última ve, fue en 2013 con el Vía Crucis de la Fe en el que iban a participar 14 pasos pero que se frustró finalmente por la lluvia.
Las Misiones Generales de 1965 son el ejemplo más claro de la estrecha colaboración entre las hermandades y el Arzobispado. El cardenal Bueno Monreal solicitó la implicación de las cofradías para que trasladaran sus pasos a diferentes barrios periféricos de la ciudad donde no existían imágenes devocionales. El objetivo de aquella iniciativa era catequético y resultó todo un éxito. Ese año se pudo ver al Señor del Gran Poder hasta en cuatro ocasiones en la calle, un hecho insólito: los dos salidas para las misiones, la procesión de la Madrugada del Viernes Santo y la que se organizó para el traslado a la nueva basílica en la que salió de San Lorenzo, fue a la Catedral y se recogió en su nueva sede canónica. Todo ello el mismo día.
En las misiones llegaron a participar una treintena de hermandades que peregrinaron con sus imágenes a lugares como el Cerro del Águila, el Polígono de San Pablo o el cementerio de San Fernando. Los referentes devocionales de la ciudad no faltaron en estas misiones auspiciadas por Bueno Monreal. La Esperanza Macarena fue al Polígono de San Pablo y el Señor del Gran Poder al sanatorio de San Juan de Dios de Nervión. La Virgen de los Reyes también protagonizó dos salidas extraordinarias ese año por el magno acontecimiento. Una, el 14 de febrero, junto al Cautivo de San Ildefonso para presidir una concentración de fieles junto a la Catedral. La segunda, el 31 de marzo para la clausura, que tuvo lugar en la Puerta de Jerez. También participaron muchas otras imágenes, como la Soledad de San Lorenzo, que acudió a San Jerónimo y al cementerio de San Fernando; el Cristo de las Misericordias, que fue hasta Los Remedios; la Virgen del Dulce Nombre, al Cerro del Águila o la Virgen de la Paz, que presidió un acto en la Plaza de América.
Algunos años antes, y auspiciadas por el cardenal Segura, tuvieron lugar otras misiones. La primera, en 1941, se celebró en todas las parroquias, donde hubo vía crucis y rosarios de la aurora con diferentes imágenes. En ambas misiones se organizaron actos conjuntos y de gran relevancia en los que participaron conjuntamente las cofradías.
El patronato de la Virgen de los Reyes
El domingo 24 de noviembre de 1946, bajo el episcopado del cardenal Segura, se organizó la denominada Procesión Magna del Patronato por la proclamación de la Virgen de los Reyes como patrona de Sevilla y su Archidiócesis. En ella participaron nutridas representaciones de las hermandades sacramentales, de gloria y de penitencia de la ciudad, además de los pasos de la Virgen del Pilar, de la parroquia de San Pedro; la Virgen de la Amargura; la Reina de Todos los Santos, de la parroquia de Omnium Sanctorum; la Virgen del Valle; la Virgen el Amparo, de la parroquia de la Magdalena; y la Esperanza Macarena. Las tres dolorosas acudieron en sus pasos pero sin el palio y con una curiosa disposición. La Amargura llevó los candelabros del paso de misterio; y la Macarena, los faroles del paso del Señor del Gran Poder y claveles rojos.
La procesión, que se inició a primera hora de la tarde, comenzaba en la puerta de San Miguel, para culminar en la sede del Ayuntamiento en la Plaza Nueva, para posteriormente regresar a la Catedral. Algunas de las imágenes, como la Reina de Todos los Santos o el Pilar, acudieron en rosario de la aurora. Se trata de la última vez que se dispuso un cortejo de estas características, por supuesto sin contar las procesiones generales del Santo Entierro Grande, que ha sido el modo histórico en que la ciudad ha repetido este registro, muy al alza en los últimos años en diferentes puntos de Andalucía.
El Dogma de la Asunción
El 12 de noviembre de 1950, tras proclamar Pío XII a principios de ese mismo mes el Dogma de la Asunción, se organizó otra procesión solemne en la que figuraron las imágenes de la Virgen de la Luz, de la Hermandad de la Carretería; la Virgen de la Alegría, de San Bartolomé; la Divina Pastora, de Santa Marina; la Virgen del Rosario, de la Hermandad de Montesión; la Virgen de la Presentación, de la Hermandad del Calvario; la Virgen de Loreto, de la Hermandad de San Isidoro; y la Patrona, la Virgen de los Reyes. Las dolorosas, como ocurrió cuatro años antes, no llevaron palio. La Esperanza de Triana salió por su barrio por el mismo motivo. El cortejo también llegó hasta la Plaza Nueva.
Traslados por las exposiciones de 1929 y 1992
También se organizaron en el pasado siglo varias exposiciones con pasos e imágenes de Semana Santa. En 1929, tuvo lugar una muestra en el Salvador con motivo del Congreso Mariano que se celebró de manera paralela a la Exposición Iberoamericana. Aunque hubo traslados públicos, la mayoría de los pasos e imágenes se llevaron en privado y se montaron en la iglesia. Hubo dos turnos. En el primero, de mayo a julio, se expusieron los palios del Dulce Nombre, el Refugio, la Amargura, el Patrocinio y el Amparo de la Magdalena. En septiembre se pudo contemplar los de la Virgen de la Victoria, la Esperanza de Triana, Gracia y Esperanza y la Virgen de la Luz de San Esteban.
En mayo de ese mismo año también se celebró otra procesión mariana como cierre del Congreso Mariano Hispano Americano, que tuvo un carácter verdaderamente extraordinario por la excepcionalidad de las imágenes invitadas y su trasfondo histórico, por la relación con las advocaciones en época del Descubrimiento de América: entre ellas, la Victoria de Santa Ana (ante la que oró Magallanes), el Buen Aire del Palacio de San Telmo, la Inmaculada de San Buenaventura o simpecados como el de Rocamador o la Virgen del Coral.
También 1929, concretamente en la tarde del 24 de noviembre, tuvo lugar una procesión por la coronación canónica de la Virgen de la Antigua. En ella participaron el Rosario de Montesión, la Virgen de la Paz de Santa Cruz y la Reina de Todos los Santos.
Con motivo de la Exposición de 1992 se organizó la muestra Los esplendores de Sevilla. Varias imágenes formaron parte de ella. Hasta la iglesia del Salvador, dentro del apartado La Pasión, se llevaron los pasos de misterio de la Presentación al Pueblo de San Benito y la Exaltación, y los palios de la Virgen del Dulce Nombre y la Victoria de las Cigarreras. Todos ellos permanecieron expuestos durante un mes junto a los del Señor de Pasión y el Cristo del Amor. Frente al Salvador, en San Juan de Dios, tuvo lugar la muestra dedicada a las Glorias, en la que participaron la Virgen de la Luz, la Virgen de la Alegría, la Virgen del Amparo, la Divina Enfermera, Madre de Dios del Rosario, la Divina Pastora de las Almas, la Virgen de los Reyes (Patrona de los Sastres) y la Virgen de la Salud. También en el 92 los pasos de la Candelaria y el Cristo de Santa Cruz estuvieron en la Catedral por la Magna Hispalensis.
El frustrado Vía Crucis de la Fe
En el año 2013, con motivo del Año de la Fe, el Arzobispado y el Consejo de Cofradías pergeñaron el llamado Vía Crucis de la Fe. Para este evento, que se rezaría en la calle, fueron convocados un total de catorce pasos, más la Santa Cruz de Jerusalén del Silencio y la reliquia del Lignum Crucis de Vera Cruz: Montesión, Redención, San Gonzalo, Carmen Doloroso, Torreblanca, San Esteban, Los Gitanos, Pasión, Gran Poder, La Estrella, Montserrat, Siete Palabras, Cachorro y Cristo Yacente. Todos ellos representarían cada una de las estaciones del Vía Crucis. Se habilitó un recorrido específico en el que se distribuirían según el orden litúrgico: Avenida de la Constitución, Fray Ceferino, Plaza del Triunfo y Plaza Virgen de los Reyes, a la izquierda según el sentido de la marcha. Finalmente, los traslados fueron suspendidos por la lluvia y se rezó en el interior de la Catedral.
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