Iglesias de Sevilla

Cuatro siglos y medio de Paz en Bustos Tavera

Vista del partio interior del convento de la Paz. Vista del partio interior del convento de la Paz.

Vista del partio interior del convento de la Paz. / José Angel García (Sevilla)

En el número 15 de la calle Bustos Tavera, entre las iglesias de San Marcos y la de Santa Catalina, hay un antiguo convento que casi siempre tiene sus puertas cerradas. Ya no lo habitan las monjas agustinas que lo fundaron hace 450 años, sino una hermandad de penitencia que llegó a él durante la Guerra Civil. Un pequeño cartel junto a unas enormes puertas indica los breves horarios de apertura y las misas que se celebran en la iglesia que hay en su interior. Por ello, muchos sevillanos, aunque hayan pasado innumerables veces ante él, no lo conocen. No saben más que qué es el sitio desde el que procesiona la Mortaja cada Viernes Santo.

Este antiguo convento, con la Virgen de la Paz como titular del lugar, ocupaba toda la manzana y llegaban sus dependencias hasta la calle Doña María Coronel. "Tenía seis patios", apunta Reyes Pro, historiadora y fiscal de la Hermandad de la Mortaja. Recuerda así el esplendor con el que contaba este lugar fundado en 1571 por Diego o Andrés Segura, según apuntan los expertos. El primero está enterrado en él y fue su principal benefactor. El segundo, su hermano, era racionero de la Catedral y habría ordenado su creación tras fallecer dos años antes. Así comenzó su historia, que tuvo a la congregación de agustinas como primeras moradoras. La desamortización llevada a cabo por Juan Álvarez Mendizábal, ministro de Hacienda de la época, obligó a que salieran de allí.

Fachada exterior del convento de la Paz. Fachada exterior del convento de la Paz.

Fachada exterior del convento de la Paz. / José Angel García (Sevilla)

En la segunda mitad del siglo XIX, una congregación de fieles de los Sagrados Corazones llegó a él e incluso celebraban una novena a la Virgen de la Paz, que preside el templo del convento desde su fundación. "También pasó por él la Escuela de Cristo, que ahora está detrás de la iglesia de Santa Cruz", revela Pro, que no cesa de investigar sobre la historia de este "desconocido para muchos" lugar. La progresiva venta de la mayoría del convento hizo que ahora sólo queden algunas dependencias, el patio interior o compás y la iglesia. Una pequeña parte de lo que una vez fue, destacando en su historia dos periodos: finales del siglo XVI, con la presencia de la Hermandad de San Pedro Advíncula; y mediados del XVIII, en que recibió cuantiosas donaciones como el retablo mayor que aún se conserva. "La mayoría de lo que se ve es de esos años", apunta la fiscal.

Pero esta etapa también llegó a su fin casi un siglo después: "De 1931 a 1936 no tuvo actividad", asegura la historiadora sevillana. Un lustro que sirvió de preludio de la época actual, marcada por la llegada de la Hermandad de la Mortaja procedente de la cercana iglesia de Santa Marina. La quema de este templo de la calle San Luis, donde la corporación residía hizo que se mudara al convento de la Paz. Un traslado que se formalizó en 1967, cuando el cardenal Bueno Monreal permutó su capilla en Santa Marina, actualmente ocupada por la Hermandad de la Resurrección, por el antiguo convento de Bustos Tavera. En la actualidad, destaca su buen estado de conservación y la belleza de su compás, en la que resaltan dos espigados cipreses que cuentan con la catalogación de árboles singulares.

Reyes Pro ante la iglesia del convento de la Paz. Reyes Pro ante la iglesia del convento de la Paz.

Reyes Pro ante la iglesia del convento de la Paz. / José Angel García (Sevilla)

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