El proyecto de las Atarazanas contempla un aumento de la edificabilidad de 1.045 metros cuadrados, por lo que la licencia de obras sería nula de pleno derecho por no haberse realizado un plan especial. Así lo aseguraron ayer miembros de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Andaluz (Adepa). Los conservacionistas solicitan, entre otras cuestiones, que se pare el comienzo de la obra, que se reconozca que el proyecto excede la superficie del monumento, que se declare nula la licencia y que se redacte el plan especial obligatorio y la exposición pública. Los arquitectos Fernando Mendoza y José García-Tapial, y el arqueólogo Fernando Fernández cargaron duramente contra un proyecto "que no tiene nada de cultural" y que es "el atentado patrimonial más grave que hay ahora en Europa". García-Tapial explicó que la premura por dar la licencia y la redacción confusa del proyecto han hecho que los técnicos de Urbanismo no se percataran de un aumento de la edificabilidad que cifró en 1.045 metros cuadrados. "El que no conoce a fondo el edificio y el proyecto no puede darse cuenta de los errores", dijo.

García-Tapial explicó que en la suma de superficies no se han contabilizado las terrazas ni las zonas no intervenidas. Por ejemplo, señaló que en la superficie construida actual se ha metido un patio que no contaría, según el PGOU. "En el proyecto no figura el cuadro de superficie final que debería estar", añadió. En el proyecto se dice que la superficie que dedican a actividades culturales es de 12.382 metros cuadrados. Los cálculos de García-Tapial suman 14.375,21 metros cuadrados, 1.045 más que los 13.211,72 actuales. "Las matemáticas no fallan. Hay una ampliación. El proyecto y la licencia son ilegales. La licencia está recurrida y el proyecto llevado a los tribunales. También tenía licencia la biblioteca del Prado y hubo que tirarla", advirtieron