Del África Negra al Asia Central

Calle Rioja

Manuel Conradi y Miguel Ángel Morenatti tienen el antídoto contra el miedo a viajar que inoculó el 11-S. Uno va a Kirguistán y Kazajistán, otro a Islandia y la aurora boreal

Del África Negra al Asia Central
Del África Negra al Asia Central / M.G.

DESPUÉS del 11-S a mucha gente le entró miedo a volar, miedo a viajar. Eso no va con los dos protagonistas de esta historia, un sevillano de cuna y otro adoptivo, dos periodistas trotamundos que podrían competir con el mismísimo Phileas Fogg en la apuesta que le puso Julio Verne en La Vuelta al mundo en 80 días. Sumando los países que han pisado Manuel Conradi y Miguel Ángel Morenatti se puede completar el mapa-mundi. El primero es un especialista en el África negra, Livignstone supongo; el segundo conoce como pocos el Sudeste asiático, esas tierras que noveló John Le Carré en El honorable colegial.

Manuel Conradi tiene que estar a punto de coger una serie de vuelos para su última aventura. Me la contó el otro día cerca de la Campana. Me presentó a un amigo de Gambia al que conoció en ese país, la patria chica de Biri-Biri, que llegó a Sevilla desde el fútbol danés. Conradi, probablemente el sevillano que más veces ha estado en Madagascar, va a visitar dos países del Asia Central, Kirguistán y Kazajistán, que declararon la independencia de la Unión Soviética a finales de 1991, el año capicúa en el que Sevilla y Barcelona preparaban la Expo y los Juegos Olímpicos.

Biskek es la capital de Kirguistán y Astaná la de Kazajistán. Un topónimo que sale todas las tardes en las retransmisiones de la Vuelta Ciclista a España, una marca kazaja que ha viajado en pedales desde el caminito del Rey a los lagos de Enol y que tuvo en Alexander Vinokourov a su ciclista más popular, ganador de la Vuelta Ciclista en 2006. Conradi en Kirguistán y Kazajistán y Julio Iglesias reaparece en Ubekistán.

Miguel Ángel Morenatti es un jerezano de Rentería nacido en esa localidad vasca por el destino profesional de su padre policía. Fotógrafo como su hermano Emilio Morenatti, este verano fue a la única república de la URSS que no se independizó, en el país-matriz, cubriendo el Mundial de Rusia desde el 14 de junio al 15 de julio. Desde la goleada rusa a Arabia Saudí a la final que Francia le ganó a Croacia. “A España la eliminaron, pero yo seguí allí”.

Vivió momentos de gloria de Japón, Colombia o Bélgica, la proeza islandesa de empatar con Argentina. Al regreso del Mundial,Morenatti habilitó su coche para convertirlo en coche-cama, como los trenes legendarios que aparecen en Con faldas y a lo loco. Tras el Mundial, quiso hacer su Eurocopa: con la cámara y la brújula buscó parajes poco trillados de Francia y Alemania, llegó hasta Eslovenia y descubrió montañas exhuberantes en Luxemburgo, fascinado con la última sílaba del Benelux. Me lo cuenta todo en la calle Correduría, antigua Doctor Letamendi. Mundial, el corazón de la Unión Europea, ese archipiélago de secano, y ya prepara su próxima escapada, un viaje a Islandia para vivir la aurora boreal. Viajes que combinará en su agenda con los compromisos europeos de Betis y Sevilla que cubrirá para el diario As.

El Betis vuelve a Milán cuarenta años después de eliminarlo en la Recopa y el Sevilla viaja a Lieja, a jugar contra el Standard que entrena Preudhome, futbolista con nombre de socialista utópico que fue el portero de la selección belga inmortalizado por el gol que le marcó David Platt a pase de Gascoigne en el Mundial de Italia 90 que dibujó Diego Carrasco en una dedicatoria de la novela El tesoro japonés.

Andrés y Julia volvieron ayer al colegio después de que sus padres lo llevaran a conocer Toronto, Chicago y Nueva York. A Chamizo el 11-S le cogió en su despacho. “Yo no veraneo, inverneo”.

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