Ama de casa y empleada: doble papel por la crisis

mercado laboral

Los hombres que se dedican en exclusiva al hogar aumentan un 174% en siete años, mientras 46.000 mujeres se incorporan al trabajo.

Ama de casa y empleada: doble papel por la crisis
Ama de casa y empleada: doble papel por la crisis
Diego J. Geniz

11 de agosto 2014 - 05:03

Ellos se han puesto el delantal y ellas se han echado a la calle a buscar trabajo. La crisis que sacude a España ha cambiado el rol en muchos hogares. La provincia de Sevilla no se ha quedado al margen. Desde 2007, mujeres como Rosario García, natural de Mairena del Alcor, se han tenido que poner al frente de un nuevo negocio para sostener económicamente a su familia. Esta sevillana de 38 años pertenece al grupo de las 46.000 mujeres que en estos siete años compaginan las labores domésticas con un empleo. Muchas lo han hecho por vocación profesional y otras se han visto obligadas a ejercer este doble papel ante la pérdida de trabajo de sus parejas. No en vano, durante dicho periodo el número de sevillanos que se dedican en exclusiva a las tareas del hogar ha experimentado un espectacular crecimiento del 173,77%.

En la casa de Rosario García las cosas empezaron a cambiar cuando su marido, que estaba dado de alta como autónomo en la construcción, dejó de recibir contratos. Llegó el momento de plantearse una sólida fuente de ingresos con la que sostener un hogar con tres hijos de diez, seis y tres años. Esta mairenera recurrió entonces a un antiguo negocio de ganado que poseía su suegro. Reconoce que al principio "no estaba muy decidida". "Se trata de una labor que requiere mucho tiempo y yo hasta hace poco no disponía de él pues me encargaba de la casa y de los niños", afirma García, quien finalmente se decidió a abrir una empresa de leche de cabra con cien ejemplares. Dos meses después de ponerla en marcha su producto (extrae 200 litros de leche al día) se vende en Francia.

Su apuesta ha conllevado a un cambio en el transcurrir cotidiano del hogar. "Ahora requiero de más organización y una implicación mayor de mi marido en las tareas domésticas. Necesito casi toda la mañana para ir a la gestoría y a los bancos, un tiempo en el que no puedo estar al cargo de los niños", explica García, que se siente "muy satisfecha" de haber dado este paso.

El caso de esta sevillana es muy semejante al de las 46.200 que desde que estalló la crisis ya no sólo se encargan de las tareas del hogar. La encuesta de población activa desglosada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) refleja que a finales del segundo trimestre de este año 147.000 sevillanas se declaraban inactivas por ser amas de casa. Esta cifra supone una reducción del 23,81% respecto al mismo periodo de 2007, año previo a la debacle económica.

Sin embargo, aunque dicho porcentaje resulte importante, queda empequeñecido si se compara con el incremento que ha experimentado el grupo de sevillanos que en junio se declaraban inactivos por tareas domésticas. Este colectivo lo conforman actualmente 16.700 hombres, o lo que es lo mismo, un 173,77% más que en el segundo trimestre de 2007, cuando se declaraban en esta situación 6.100. En estos cambios, no obstante, hay que tener en cuenta los procesos demográficos, tales como los fallecimientos y la jubilaciones.

De lo que no cabe duda es de que la pérdida de trabajo por parte de los varones ha impulsado a que sean muchas las mujeres que hayan decidido buscar un trabajo remunerado y compaginarlo con la labor que ya desempeñaban en su casa. Incluso para algunas, como Susana Sevillano, la crisis y sus circunstancias personales se han aliado para desarrollar un proyecto empresarial con pocos precedentes en Andalucía.

Esta sevillana de 41 años había trabajado previamente en el sector turístico. En 2013 se quedó parada. No encontraba ningún empleo. Llegó un momento en el que empezó a analizar su situación personal y se dio cuenta de que en Sevilla hacía falta un negocio que respondiera a las necesidades que tenían muchos padres separados, como ella, de compartir experiencias juntos. Fue así como surgió Pekencuentros.com, un portal que ofrece actividades conjuntas para padres y madres solteros con hijos. "No se trata de encuentros para buscar pareja, sino de que personas con hijos a su cargo dispongan de un espacio o disfruten de una actividad juntos", detalla Sevillano, que ha asistido a un curso sobre redes sociales antes de poner en marcha dicho negocio. "En Sevilla hay una gran oferta cultural y de ocio para que la disfruten los solteros o las familias tradicionales, pero no las monoparentales, de ahí que me decidiera a dar el paso. El adulto en esta situación tiene casi más necesidad que su hijo de encontrar un espacio en el que compartir experiencias con personas en una coyuntura similar", añade.

Susana Sevillano afirma que conoce a muchas mujeres "que han tenido que recurrir a distintas vías para sostener a sus familias". Eso sí, también ha comprobado que en numerosas ocasiones se montan negocios "sin un estudio previo del mercado", algo que a la postre "resulta desastroso".

A Macarena Caballero, de 48 años, le sirvió la amplia experiencia cosechada en su anterior trabajo en una multinacional de nuevas tecnologías para poner en marcha un proyecto en el que aúna su vocación con el conocimiento en la red de redes. Esta sevillana llevaba mucho tiempo en paro. Su despido hacía muy cuesta arriba mantener el hogar, por lo que apostó por crear su propia empresa: inVosmet, un gabinete psicológico que atiende a los pacientes tanto en internet como en consulta física. Para ello, Caballero se ha asesorado y ha estudiado las posibilidades del mercado. "Gestar e iniciar un proyecto como emprendedor en los tiempos que corren requiere, sobre todo, de mucho tesón y constancia. Hay que poner alma, corazón e intelecto con una entrega absoluta en lo que haces si quieres tener éxito", argumenta esta sevillana, que es consciente de que cuando se acercan los 50 y alguien se queda en paro "es muy difícil la inserción laboral", por lo que hay que dencantarse "por un producto nuevo".

Así fue como nació inVosmet, en la que se apuesta, entre otros modelos de tratamiento, por el EMDR, una psicoterapia validada científicamente y reconocida como más efectiva para el tratamiento del trauma por diversas instituciones. Así, al paciente se le estimula a través de movimientos oculares o sonidos alternativas durante ocho fases hasta identificar y tratar el problema específico que padece.

Comprobado está que de la necesidad económica nacen interesantes proyectos. Algo parecido le ha ocurrido a Rocío Lepe, que a sus 34 años ha puesto en marcha la empresa que lleva su nombre, especializada en diseño gráfico y marketing. Lepe se retiró del mercado laboral cuando tuvo su segundo hijo. Se dedicó entonces a las tareas domésticas. Sin embargo, la llegada de un tercer niño y el despido de su marido le obligó a poner en marcha un proyecto con el que siempre se había sentido ilusionada. "Aunque dejé de trabajar no he parado de hacer pequeños encargos gráficos para determinados clientes. Ahora quiero tener mi propio negocio, para lo cual requiero que mi marido pase más tiempo con los niños, redistribuir las funciones domésticas para que yo pueda realizar los encargos que me piden y ampliar la cartera de clientes", explica esta sevillana.

Tanto Rocío Lepe como las anteriores son mujeres a las que la crisis no les has dado miedo para abrir un negocio. La característica común en ellas es la de intentar encontrar un nicho de mercado casi inexistente y con la ayuda de las nuevas tecnologías. Éste es el perfil incipiente de los autónomos sevillanos, que según el último informe de ATA (federación de autónomos), alcanzó en julio los 99.310, casi un 2% más que a finales de 2013.

No obstante, aún sigue siendo bastante amplio el número de mujeres que confían en poder encontrar un hueco como asalariadas. Es el caso de Encarnación Panadero, que a sus 53 años desea estudiar un grado de FP vinculado a farmacia y parafarmacia. "Soy de la primera generación de mujeres que empezó a trabajar, que no quería quedarse sólo para limpiar la casa y cuidar de los niños", narra Panadero, que ha estado empleada desde los 26 años. Varios han sido sus oficios: en el juzgado, en empresas de la Junta y en una compañía de obras hidraúlicas. Se quedó en paro hace dos años. "Tengo dos hijos adolescentes y los ingresos familiares dan para lo básico", explica esta sevillana que actualmente no deja de enviar su currículum a cuantas ofertas de trabajo encuentra. Lo tiene claro: "no quiero quedarme en casa".

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