A Ángel Ojeda, in memoriam

Derrochabas simpatía, alegría y ganas de vivir, pero el sufrimiento inmerecido que te ha generado una injusta campaña ha podido contigo.

Tus grandes vicios eran tu familia, amplia por cierto (Reyes, cada uno de tus seis hijos y tus nietos, a los que tanto quisiste y cuidaste); tus amigos; Heliopolis; Sanlúcar de Barrameda; El Rocío, con tu grupo de la Pacheca; el dominó en los atardeceres maravillosos de tu casa playera; y sobre todos ellos la lectura, fundamentalmente la historia, por lo que nunca fue un problema para mí hacerte un regalo, ya que el que más celebrabas era un libro y si era de historia mejor que mejor, libro que normalmente una vez leído te gustaba comentar con los amigos en las sobremesas de las comidas que periódicamente tenías con ellos. Tuviste una destacada presencia en tertulias gastronómicas, como El Alcaucil y recreativas culturales como El Círculo de Arte Vivo, donde has dejado un vacío difícil de cubrir.

Fuiste un triunfador en la vida y desarrollaste una destacada labor en todos los variados puestos de trabajo que ocupaste durante tu dilatada vida activa: en la Diputación de Sevilla, en el Hospital Virgen Macarena, donde siendo muy joven llevastes a cabo funciones directivas; en el Ministerio de Sanidad, como consejero de Hacienda, donde fuiste un avanzado en la modernización del trabajo en la Administración (la informática, los sistemas de trabajo, la normativa de la Hacienda Pública y fuiste el creador de la ingeniosa frase "un ordenador para cada funcionario", como buen visionario que eras). Era tanta la curiosidad que sentías por el saber que eras un admirador impenitente de la formación continua.

No menos brillante fue tu trayectoria universitaria y empresarial: licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Facultad de Sevilla, Técnico Universitario en Ciencias de la Empresa por la Facultad de Derecho de Sevilla y sobresaliente cum laude en la tesis doctoral sobre Análisis de los costes de un centro hospitalario, en la Facultad de Ciencias Económicas de Sevilla. Como empresario, fuistes un avanzado en la internacionalización de tus empresas, a las que llevaste, allende los mares y los Pirineos, a América y Europa, llegando a dar trabajo a más de 600 personas.

En las últimas visitas que realizamos a tu casa un grupo de queridos amigos, cuando tú ya sabías que el final estaba próximo, mostraste una entereza y una fortaleza poco comunes en tus circunstancias y mantuviste con la energía y la alegría que te caracterizaba tus ideas, posturas y opiniones en los diversos temas que se planteaban.

Al final has tenido una existencia paralela a la de tu admirado escritor Stefan Zweig y has visto tu más intima existencia sacudida por unas convulsiones que tanto daño han causado a tu familia y que a ti te han acarreado una grave enfermedad que ha terminado con tu vida.

Gracias Ángel por haberme encomendado esta dolorosa y complicada labor, en un gesto típico y propio de tu generosidad. Yo, que he tenido la suerte de compartir contigo muchos y buenos momentos, siento un vacío que va a ser difícil de rellenar. Descansa en paz, te lo mereces.