Aparece flotando el cadáver del ciudadano polaco ahogado en el río

Tras dos días de intensa búsqueda, el cadáver del bañista ahogado el martes en el Guadalquivir apareció en la mañana de ayer flotando a la altura de la Torre Schindler, a unos cientos de metros del lugar donde los testigos lo vieron pidiendo auxilio antes de hundirse. Tras el hallazgo, la unidad científica de la Policía Nacional confirmó que el fallecido es Piotr Pawel Bonietzcki, el ciudadano polaco de 51 años cuya documentación se encontró en la orilla del río la tarde en que se ahogó.

El hallazgo del cuerpo se produjo sobre las ocho y media de la mañana de ayer. A esa hora un testigo vio flotando un bulto sobre el río y llamó al teléfono de la Policía Nacional, el 091. Un patrullero de este cuerpo se desplazó hasta el lugar indicado por el ciudadano, muy cerca de la Torre Schindler y del pabellón de la Navegación, y comprobó que el cadáver estaba en el agua. En el momento del hallazgo estaban ya preparándose los buzos de la Guardia Civil para continuar con las labores de búsqueda iniciadas la noche del martes en las inmediaciones de la pasarela de la Expo 92.

El cadáver fue trasladado hasta un pantalán cercano, el del club de piragüismo de Lipasam, situado en el paseo Juan Carlos I, donde permaneció durante aproximadamente hora y media. En este tiempo fue examinado por un forense y por dos agentes de la Policía Científica. Tras la inspección ocular, y sin que fuera necesaria la presencia del juez de Guardia, el cadáver fue levantado pasadas las diez de la mañana y trasladado al Departamento de Medicina Legal de Sevilla, donde se le practicó la correspondiente autopsia.

El avance de los resultados de esta prueba médica certificó que el cuerpo no presentaba ningún signo de violencia y que falleció por ahogamiento. Este ciudadano polaco había sido detenido por la Policía Nacional en dos ocasiones, una por malos tratos en el ámbito familiar y otra por atentado a la autoridad, mientras que la Guardia Civil también lo arrestó por un hurto.

El descubrimiento del cuerpo pone fin a dos días de intensa e infructuosa búsqueda en las aguas del Guadalquivir. El cadáver salió a flote en menos de 48 horas por el efecto de los gases propios de la descomposición del cuerpo, como ha ocurrido en numerosos casos de personas muertas en el río. El bañista se ahogó sobre las cuatro y media de la tarde del martes, cuando se encontraba cruzando el río a nado. Había dejado algunas pertenencias, entre ellas una mochila con su documentación, en la orilla de la isla de la Cartuja.

Cuando le quedaban unos metros para alcanzar la ribera contraria, la del paseo Juan Carlos I, el nadador pidió auxilio y fue visto por unas personas que pasaban en ese momento sobre la pasarela de la Expo, que une la calle Torneo con el Monasterio de la Cartuja. Las labores de búsqueda se retrasaron durante cinco horas al encontrarse los submarinistas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil prestando otro servicio en la provincia de Cádiz.