Arritmias, dolencias al alza
Salud
El Macarena aplica la crioablación a las arritmias más frecuentes, un tratamiento que gana terreno.
Los trastornos en el sistema eléctrico del corazón o arritmias son considerados un problema de salud, al alza, de primer orden por el impacto en la calidad de vida y en la supervivencia. “A veces pasan desapercibidas, pero en otras ocasiones generan palpitaciones, ahogos, mareos, pérdida del conocimiento o incluso la muerte”, explica el doctor Ernesto Díaz Infante, director de la Unidad de Arritmias en el Hospital Virgen Macarena. Entre los trastornos del ritmo cardiaco benignos, es decir que no condicionan la supervivencia, las extrasístoles son las arritmias más frecuentes y afectan hasta al 60% de la población. Las extrasístoles son latidos que se adelantan y sólo en algunos casos, cuando son muy frecuentes, pueden desencadenar en el trascurso de los años una disfunción cardiaca.
La arritmia sostenida más frecuente es la fibrilación auricular (en España esta arritmia afecta al 4,4% de los mayores de 40 años) y se espera que su incidencia aumente de manera exponencial. “Según las predicciones en 2050 la incidencia de esta arritmia se multiplicará por 2,5”, asevera el doctor Díaz Infante. Este trastorno en los latidos constituyen un efecto más del progresivo envejecimiento, del aumento de las cardiopatías y de otros factores, como la práctica deportiva extrema.
El equipo que dirige el doctor Díaz Infante en el Macarena avanza en uno de los tratamientos que mejores resultados aporta, desde hace unos años, frente a la fibrilación auricular: la crioablación. Consiste en un cateterismo que requiere de manos expertas y tecnología de última generación.
La crioablación consiste en crear un “cortafuegos” para impedir que los impulsos eléctricos irregulares se transmitan al corazón. En la fibrilación auricular, esos impulsos anómalos se generan en las venas pulmonares y provocan que las aurículas caigan en esa arritmia, que puede desencadenar nefastas consecuencias. Las taquicardias y la sensación de ahogo de las personas que sufren esta arritmia suponen una considerable merma en la calidad de vida, siendo motivo de Urgencias y de ingreso hospitalario. Esta arritmia puede generar embolias y, por ello, resulta necesario anticoagular a los pacientes.
Crioablación, en avance
El aislamiento eléctrico de las venas pulmonares justo en la intersección con el corazón impide que los impulsos irregulares alcancen al órgano vital. En la crioablación, los especialistas acceden al corazón mediante un cateterismo, a través de la vena femoral. “Cuando accedemos a la aurícula derecha, realizamos una punción en el tabique interauricular para entrar en la aurícula izquierda, que es donde desembocan las venas pulmonares. Una vez en la aurícula izquierda desplegamos un balón, que porta el catéter, y mediante óxido nitroso, provocamos la congelación por contacto del tejido. Se destruye tejido formando una circunferencia alrededor de la vena, que funciona a modo de un cortafuegos (ver gráfico)”, explica el experto en Electrofisiología. El balón ocluye la entrada de la vena en la aurícula y mediante el óxido nitroso que lleva en su interior se logran temperaturas que alcanzan los 50 grados bajo cero. Esta técnica es indolora.
La ablación por congelación con balón comenzó a aplicarse hace casi una década a nivel mundial y el equipo del Macarena se inició en 2012. “Durante el primer año, la crioablación se aplicó en 15 casos en el Macarena; mientras que en 2016 han sido ya 70 los pacientes sometidos a este procedimiento”, añade el doctor Díaz Infante. En total desde 2012 se han beneficiado casi 300 pacientes de esta técnica en el área hospitalaria del Macarena. Este procedimiento permite curar al 70% de los enfermos que sufren episodios intermitentes de la arritmia. Cuando la fibrilación auricular es crónica los resultados en términos de curación son inferiores. “Es fundamental el tratamiento precoz para lograr los mejores resultados”, asevera el doctor Díaz Infante.
Otras terapias
Este procedimiento se ha sumado al arsenal terapéutico frente a la fibrilación auricular, que también se aborda con fármacos o mediante la ablación convencional, que está basada en la aplicación de radiofrecuencia. Los medicamentos, muchas veces no funcionan, y en estos casos se suele optar por la ablación, ya sea con radiofrecuencia o por crioablación. La ablación por radiofrecuencia también consiste en la creación de un cortafuegos pero, en este caso, el aislamiento se consigue mediante la aplicación de calor.
“En el procedimiento clásico tenemos que realizar la circunferencia, punto a punto. Mediante radiofrecuencia se emplea el calor para destruir el tejido y así impedir que el impulso eléctrico de las venas pulmonares genere la arritmia”, comenta el experto en Electrofisiología. Frente a este tratamiento, la crioablación aporta múltiples ventajas: “es indolora, se reduce el tiempo del procedimiento, ya que sólo requiere una sola aplicación por vena y evita complicaciones importantes”, añade el doctor Díaz Infante. Estos motivos, entre otras ventajas, conlleva una creciente apuesta en las salas de electrofisiología por la crioablación, frente a las ablación con radiofrecuencia.
Los más delicados
La Unidad de Arritmias del Hospital Macarena colabora con la Unidad Intercentros de Cardiopatías Congénitas del adulto Virgen Macarena-Virgen del Rocío para el diagnóstico y tratamiento de las arritmias en estos pacientes, que representan al grupo de enfermos más complejo. Son personas que han sobrevivido a malformaciones congénitas cardiacas gracias, en gran medida, a los avances médicos y quirúrgicos, y que han alcanzado la edad adulta.
“Los pacientes con cardiopatías congénitas desarrollan arritmias con gran frecuencia y, desde hace unos años, hemos puesto en marcha un programa de tratamiento para ellos”, añade el responsable de la Unidad de Arritmias del hospital universitario.
Además, entre otros procedimientos, este equipo realiza la ablación de taquicardia ventricular en pacientes con cardiopatía, un problema que puede desencadenar la muerte súbita. Estos casos se abordan mediante la vía convencional, por acceso a través de la ingle (por la vena, y haciendo punción transeptal, o por la arteria avanzando por la aorta); o mediante una punción directa por debajo del esternón hasta la superficie del corazón. La especialización y la tecnologías son clave en los resultados.
Señales GPS para navegar en el corazón
La aplicación de la última tecnología es un requisito en los quirófanos de electrofisiología. La Unidad de Arritmias del Macarena cuenta con dos sistemas de navegación no fluoroscópica y es el centro hospitalario del ámbito estatal con mayor experiencia en navegación sin contacto. Este dispositivo permite localizar dónde se ubica el foco que genera la arritmia de manera similar a un GPS. Mediante las señales que se adquieren con un solo latido este sistema de navegación construye un mapa que permite a los especialistas conocer el origen de la arritmia.
La nueva sala de electrofisiología del Hospital Macarena, que fue inaugurada en 2012, también cuenta con un arco fijo que permite tomar imágenes por Rayos X. La sala de electrofisiología es un quirófano que requiere una dotación con las últimas tecnologías y un aislamiento muy estricto para evitar las posibles interferencias.
La radiación que se genera en el interior del quirófano obliga a los especialistas a trabajar con trajes especiales construidos con plomo para evitar la radiación. La Unidad de Arritmias del Macarena está integrada por dos cardiólogos especializados en electrofisiología, Ernesto Díaz Infante y Rocío Cózar León, y un equipo formado por dos cardiólogos en el periodo de formación de Electrofisiología, cuatro enfermeras especializadas y dos auxiliares de clínica. Esta unidad del Hospital Macarena está acreditada como centro formador en Electrofisiología por la Sociedad Española de Cardiología. Y el doctor Díaz Infante forma parte como vocal de la junta directiva de la Sección de Electrofisiología de la Sociedad Española de Cardiología. El abanico de las taquiarritmias se han clasificado en una decena de tipos distintos. La Unidad del Macarena atiende y trata todos los tipos de arritmias.
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