Carta abierta a todo médico que trabaje para las compañías de seguro

El autor reflexiona en una carta a sus compañeros sobre la situación de la medicina privada y señala que hay opiniones que apuntan a un probable "colapso inminente"

Federico Relimpio Astolfi.
Federico Relimpio Astolfi.
Federico Relimpio Astolfi / Médico Y Escritor

06 de octubre 2022 - 10:57

Estimado compañero. Te escribí en abril de este año acerca de lo lamentable de nuestras circunstancias profesionales en el marco impuesto por las compañías de seguros. No voy a repetir los argumentos de entonces. Sólo recordarte que, en aquel momento, me despedí de ti con la frase: “se va a contactar contigo, más pronto que tarde. Se te informará puntualmente de que hay acciones en perspectiva. Acciones donde tú eres necesario”.

No escribía a la ligera. El momento ha llegado. La reciente celebración de la III Jornada Nacional de la Medicina Privada en Sevilla ha supuesto un éxito de participación, y ha puesto una vez más sobre el tapete la situación agónica del sector, acerca de la que varios observadores no dudan en señalar la probabilidad de un “colapso inminente”.

Pero no eres tú quien está colapsando el ejercicio profesional. Te escribí acerca de ello en la carta anterior; a esas palabras me remito. El problema tiene un responsable claro: el concierto de las compañías de seguros que, de forma desconsiderada y abusiva, nos han llevado a una vía -casi- sin salida.

Es necesario que todos le digamos a la gente que nuestras retribuciones son las de 1990. Treinta y dos años congeladas. Que escuchar y explorar a un paciente se paga -bruto- de 10 a 18 euros, si es la primera vez. Y sí, nos duele a todos; no nos gusta hablar de dinero. Sin embargo, a fin de cuentas hay que pagar la luz y la limpieza de la consulta, entre otras muchas cosas. De proseguir la congelación de retribuciones, vamos a tener que ver al paciente en horario diurno, por racionar la electricidad, y echar luego un rato en limpiar nuestras propias consultas.

Una estimación fidedigna propone que recuperar el valor de nuestras retribuciones de 1990 exigiría un aumento del 145% sobre lo que cobramos hoy. Y esa es nuestra reivindicación. Exigimos, por tanto, que se sienten a negociar. Lo estamos haciendo desde que te escribí en abril. Pero nada. Lo mismo que hablar con una pared.

El Colegio de Médicos de Sevilla y el Consejo Andaluz de Colegios Médicos deciden tomar parte activa en este conflicto y llamar la atención de los interlocutores, así como de las instituciones y la ciudadanía. La medicina privada es una realidad, a la vez en expansión y en riesgo de implosión. Una implosión inaceptable por lo que supone en asistencia sanitaria y en libertad de elegir.

A la vista de la nula disposición de las aseguradoras a escuchar y flexibilizar sus posiciones, no nos dejan otra opción que pronunciar la palabra que hemos evitado hasta ahora: el paro, con un calendario de cierres. Las medidas de presión, pues.

No ignoro tu disgusto con estas medidas. A nadie le gustan. Da justo en el corazón de lo que es y debe ser la esencia del ejercicio: la inmediatez en la asistencia, la disponibilidad. Nuestra vocación, vaya. Pero sostener esta esencia cuando las compañías han ido cerrando el dogal económico equivale a bunkerizarse en un quijotismo de hambre. No es defendible, ni siquiera asumiendo una pobreza y resignación franciscanas.

Te insto, pues, a que estés más en contacto que nunca con nosotros. Porque trabajamos contigo y para ti. Para que des lo mejor a la gente.

Federico Relimpio Astolfi, médico y escritor (twitter @frelimpio)

Observatorio de la Sanidad del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla (twitter @RICOMSevilla)

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