Condenado a seis meses un odontólogo por grabar a sus compañeras con un boli espía

El acusado admite los hechos y acepta la condena, que incluye el pago de una multa de 800 euros

Jorge Muñoz

16 de enero 2015 - 05:03

Un juzgado de lo Penal de Sevilla ha condenado a seis meses de prisión a un médico odontólogo como autor de un delito contra la intimidad de las personas, por haber grabado con un bolígrafo-cámara a sus compañeras mientras se cambiaban de ropa en los vestuarios de una clínica de Utrera.

En el juicio, que iba a celebrarse ayer, el acusado, identificado como G. B. R., reconoció los hechos y mostró su conformidad con la rebaja de la pena planteada por la Fiscalía de Sevilla y la acusación particular, que inicialmente solicitaban una condena de dos y tres años de cárcel para el odontólogo, respectivamente.

El acuerdo alcanzado se produce una vez que se le ha apreciado una circunstancia atenuante de dilaciones indebidas -ya que los hechos se remontan al año 2009 pero el colapso de los juzgados de Utrera ha motivado que no sea juzgado hasta ahora- y de reparación del daño, dado que había indemnizado previamente con 9.000 euros a las siete mujeres que fueron grabadas.

La condena incluye además el pago de una multa de 800 euros y le impone además una orden de alejamiento que le impide acercarse a las víctimas a 300 metros durante los próximos tres años.

El abogado José Manuel Carrión, que ejerce la acusación particular, afirmó que las víctimas van a dar traslado de la sentencia al colegio de odontólogos por si corresponde algún tipo de inhabilitación profesional para el procesado. El letrado mostró su satisfacción por el acuerdo alcanzado en lo que respecta a las mujeres que fueron grabadas, pero lamentó que el "tiempo transcurrido ha hecho que se reduzca la posible condena", algo que el letrado atribuyó a "cómo funcionan los juzgados de Utrera", cuya situación de colapso ha llevado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a nombrar jueces de apoyo para tratar de poner al día el retraso en la tramitación de los asuntos.

Los hechos por los que ha sido condenado el acusado fueron descubiertos el 18 de abril de 2009, después de que otro médico descubriera la cámara oculta dentro de un bolsillo de la bata de G. B. R., el odontólogo acusado. Las imágenes almacenadas en el bolígrafo correspondían a varios días y consistían en más de 30 vídeos, algunos de ellos de hasta 15 minutos de duración. En alguna de las imágenes aparecía incluso el acusado colocando el bolígrafo y mirando directamente al mismo con la supuesta intención de ponerlo en la posición más adecuada para realizar las grabaciones. Tras ser descubierto, los directores de la clínica procedieron a la descarga y visionado de las imágenes, en las que aparecían varias trabajadoras cambiándose de ropa e incluso otra mujer usando el cuarto de baño.

El médico fue detenido por la Guardia Civil y en su declaración reconoció la propiedad del bolígrafo cámara, aunque negó en ese momento que lo hubiese utilizado para grabar a sus compañeras. Tras el escándalo, el joven fue despedido aunque en la actualidad trabaja en una clínica de otra localidad. En su defensa, alegó que utilizaba el aparato para grabar y tomar fotos de las bocas de los pacientes y dijo que otras personas de la clínica también lo usaban.

Según el acusado, nunca colocó la cámara para hacer esas grabaciones, sino que a veces el bolígrafo "grababa solo" a pesar de que tenía un interruptor de encendido. Incluso llegó a decir que en el centro se daban "bromas" de índole sexual.

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