Medio Ambiente

Cotorras, una amenaza sin control

  • SEO BirdLife alerta de que estas aves exóticas anidan en la Catedral, ahuyentando al cernícalo primilla.

"Agresivas y destructivas". La organización SEO BirdLife alerta de la expansión sin control de dos especies de aves exóticas: la cotorra argentina y la cotorra de Kramer. Ésta última "ha alcanzado números astronómicos en nuestra ciudad", causando daños ecológicos en el entorno, según explica José Carlos Sires, coordinador del grupo local de SEO-Sevilla. Su rápida adaptación al medio y la ausencia de depredadores han permitido su expansión.

Las cotorras de Kramer, de un llamativo color verde y cola larga, se pueden observar con facilidad en la zona de Reina Mercedes, el Parque de María Luisa y la Dehesa de Tablada, donde se reúnen "por miles" al anochecer. "Estas aves compiten sin dificultad con las especies locales gracias a su desmesurado número y agresividad", incluso, "atacan a las ratas cuando éstas intentan robar sus polluelos", apunta Sires.

Una de sus principales víctimas es el pequeño cernícalo primilla, que tradicionalmente anida en los mechinales de la Catedral de Sevilla, huecos de la fachada donde antiguamente se encajaban los andamios para su construcción. Según explica el experto, se ha observado cómo las cotorras de Kramer ahuyentan en masa al cernícalo. Esto supone un riesgo para la especie, ya que, tal como explica Sires, a principios del siglo pasado había registradas en el país 70.000 parejas; ahora, sólo hay 2.000. "Sevilla es la ciudad de Europa más grande donde habitan cernícalos. Los últimos datos, de hace unos cinco años, apuntan que hay unas 100 parejas", explica el experto que, pese a su condición de invidente, asegura que es capaz de distinguir "casi la totalidad de especies existentes en España" a través de su sonido.

De momento, tal como apuntan desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO), su presencia en la Catedral no es un problema porque hay mechinales suficientes para los diferentes pájaros, pero si la población de la cotorra aumenta, acabará expulsando al cernícalo. Además, su "pico destructivo", en un futuro, "podría dañar las piedras más blandas" de la Catedral, explica José Carlos Sires.

Otros pájaros como los estorninos, carboneros, herrerillos y agateadores también podrían verse afectados por el aumento de las agresivas cotorras de Kramer, al ocupar éstas los agujeros de los troncos de los árboles disponibles. La especie que sí está empezando a padecer daños es la colonia de murciélagos nóptulos gigantes que habitan en el Parque de María Luisa. Su tamaño, que puede llegar a alcanzar el medio metro de envergadura, lo convierte en competidor directo de la cotorra, ya que ambos buscan huecos grandes en los árboles. "La cotorras están poniendo a una de las pocas poblaciones de esta especie de murciélagos que se conoce en nuestro país en serio peligro de desaparición", apunta Sires al mismo tiempo que recuerda que ya desapareció una colonia de estos murciélagos que habitaban en la Alameda.

Los primeros registros que existen en Sevilla de cotorras libres datan del año 2000. Su presencia se debe a la acción humana. Estas aves llegaron a ciudades como Málaga, Barcelona o Sevilla cuando las importaciones de aves exóticas estaban permitidas. "Se capturaban en su lugar de origen con trampas y luego se vendían. Era un negocio muy rentable", señala el experto sevillano. Antes de prohibirse su importación, las cotorras eran muy baratas en comparación con otras especies exóticas y no era difícil encapricharse de ellas sin tener en cuenta su desagradable sonido o agresividad, soltándolas con el tiempo. En otros casos, estas aves escaparon por accidente de los centros de importación o aviarios particulares.

Las cotorras de Kramer, de momento, se alimentan del excedente de frutos propios de los árboles exóticos de los parques sevillanos y la zona metropolitana. "Estas aves suelen ir a comer fuera y luego vuelven a la ciudad para dormir. Su potente vuelo hace que puedan desplazarse unos 40 ó 60 kilómetros". José Carlos Sires alerta del riesgo que suponen estas aves para los campos de cultivos: "Se las ha visto dañando cultivos y triturando las semillas de los espinos. Además, depredan huevos y crías de otras aves". Es común que devoren los brotes de los árboles o partan ramas para afilarse el pico o, bien, "por diversión".

Las cotorras argentinas son menos numerosas en Sevilla y se localizan, principalmente, en las palmeras de la zona Macarena, la Isla de la Cartuja, la Universidad Pablo de Olavide y el Prado de San Sebastián. Éstas son también verdes pero no tienen el pico rojo, como las de Kramer, sino que su pechera es gris. El peso de sus grandes nidos comunitarios provoca que las ramas vayan cediendo, poniendo en peligro a los transeúntes. A esto hay que sumarle el hecho de que las palmeras de Sevilla ya están bastantes amenazadas por la presencia del llamado picudo rojo.

Preocupados por su expansión y por los daños ecológicos que puedan ocasionar, SEO BirdLife realizará este año un censo de las dos especies psitácidas en todo el territorio nacional. En Sevilla, la iniciativa estará coordinada por José Carlos Sires. En la primera fase, que se desarrollará a lo largo de marzo, se censará a las cotorras argentinas en las colonias de nidos; y de julio a septiembre, los expertos acudirán a los dormideros de las cotorras de Kramer al anochecer y al amanecer para su recuento.

En ciudades como Málaga, la administración local lleva a cabo un plan de control de estas aves exóticas desde 2006. Los técnicos municipales temen que se conviertan en una plaga. En el caso de Sevilla, actualmente no existe en marcha ningún programa de estas características. De momento, según informan desde el Ayuntamiento, se está desarrollando un estudio para la elaboración de un censo de cotorras y palomas.

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