Calle Rioja

Dios nunca queda desierto en la poesía

  • Reflexión. Un libro con el sello de Adonáis recoge una antología de 48 voces de la poesía española con el denominador común de la presencia, ausencia o necesidad de Dios

Ignacio Trujillo presenta el acto en el Labradores junto a los poetas Lutgardo García, Carmelo Guillén y José María Delgado.

Ignacio Trujillo presenta el acto en el Labradores junto a los poetas Lutgardo García, Carmelo Guillén y José María Delgado. / Juan Carlos Muñoz

LUTGARDO García vio un día en casa de su suegro, el doctor José María Rubio, el libro Dios en la poesía actual, que la poeta del 27 Ernestina de Champourcin escribió a la vuelta de su exilio mexicano. Suegro y yerno han sido pregoneros de la Semana Santa de Sevilla en 1991 y 2015, respectivamente. Dios está allí en la poesía, pero de otra forma. A Lutgardo le hacía ilusión aparecer en una antología similar. Su anhelo se hizo realidad cuando recibió la llamada de Carmelo Guillén Acosta y José Julio Cabanillas para ser una de las 48 voces de Dios en la poesía actual (Ediciones Rialp), que ayer se presentó en el Círculo de Labradores. Presentados por Ignacio Trujillo, delegado de Cultura de la entidad anfitriona, en la mesa había dos accésit del Adonáis, el propio Lutgardo y uno de los editores, Carmelo Guillén. Faltó Cabanillas, que presentaba a la misma hora un libro sobre la poeta Mercedes de Velilla. Completó la mesa José María Delgado, que tiene una curiosa relación con el teatro de la Maestranza donde Lutgardo García pronunció hace justamente cuatro años el pregón de Semana Santa: Delgado es traductor de libretos operísticos.

“Dios no habla desde la creación, la resignación, el sufrimiento o la palabra. Dios habla desde su silencio”. La introducción es de Carmelo Guillén, que antes de leer algunos de sus poemas hizo lo propio con otros cuatro autores: José Mateos, Bárbara Grande, la más joven de la antología, “tenía 18 años cuando nos entregó su poema”, Jesús Beade, que da conciertos de rock, tiene un disco con poemas de Chesterton y en su poema sonaban Sabina y Héroes del Silencio, y MarioMíguez, el único fallecido, de quien Renacimiento acaba de sacar una antología.

Unidos por el teatro de la Maestranza, el pregonero y el traductor de libretos de ópera, que representan dos maneras muy diferentes de acercarse –o alejarse– a Dios, leyeron sendos poemas con un cielo que como el de la película de Warren Beatty también puede esperar. Cielos familiares, como los demonios.A Lutgardo García siempre le cuesta terminar su poema Mi hijo me pregunta por el cielo. “Ya tiene once años y me pregunta por cosas de fútbol”, dijo antes de su emotiva lectura. “Dame ese cielo y llévate esta tierra”, concluye el bellísimo poema El cielo que me tienes prometido que José María Delgado dedica a su tía Rosario. En la antología están Trapiello, Luis Alberto de Cuenca, Miguel D’Ors, Eloy Sánchez Rosillo o el columnista de este Diario Enrique García-Máiquez.

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