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Sevilla

Fallece el magistrado Joaquín Sánchez Ugena

El presidente de la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla, Joaquín Sánchez Ugena (Bajadoz, 1 de agosto de 1946), falleció la noche del pasado jueves tras sufrir un infarto en su domicilio. La noticia de la repentina muerte del veterano magistrado, de 67 años, provocó ayer una gran conmoción en la judicatura sevillana, donde Sánchez Ugena era muy apreciado y respetado por sus cualidades humanas y profesionales.

Los que lo conocían recuerdan que este juez, que ingresó en la carrera judicial en 1973 y por tatno llevaba 41 años de ejercicio profesional, tenía un gran sentimiento de lo justo y de lo injusto, y siempre tenía abierta la puerta de su despacho para atender a los ciudadanos, en especial, llegando a ser considerado como uno de los jueces pioneros en la protección de las víctimas. Casi siempre que finalizaba un juicio se acercaba a las víctimas o a sus familiares y les hacía una interpretación de cómo había ido el juicio, sin llegar a anticiparles el fallo, lo que solía transmitir tranquilidad a estas personas. Cuando celebraba un juicio, era rotundo y no dudaba en intervenir para, de una manera educada, poner en su sitio a cualquiera de las partes representadas en el procedimiento en cuestión.

Joaquín Sánchez Ugena, que tenía la medalla de San Raimundo de Peñafort y la de la Policía Nacional, también prestó a lo largo de su carrera una atención especial a las madres de los enfermos mentales. Era además un juez en el que destacaba su autoridad y capacidad resolutiva, caracterizado por su celeridad, hasta el punto de que probablemente ha fallecido sin dejar ningún caso pendiente en su despacho. "Nunca ha dejado de dictar una sentencia de un día para otro, aunque se tuviera que acostar de madrugada", reconocía ayer un compañero que compartió años de trabajo con el magistrado.

Sánchez Ugena siempre estaba dispuesto a asumir más carga de trabajo y se ofrecía a ayudar a cualquier compañero. El magistrado fallecido ingresó en la carrera en 1973, año en que ocupó su primer destino en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Puerto del Rosario (Las Palmas). Ese mismo año se hizo cargo y hasta 1977 del juzgado mixto número 1 de Aracena (Huelva). Este año fue destinado al juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de El Puerto de Santa María (Cádiz), donde estuvo hasta 1980. Ese año pasó al juzgado de Instrucción número 3 de Córdoba y en 1982 estuvo un año en la Audiencia de Cádiz.

En 1983 se hizo cargo del juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, órgano del que fue titular hasta 1990 y en el que pasó una de las temporadas más felices por cuanto era un auténtico enamorado de las funciones del juez instructor. "La mejor Justicia debe arrancar del propio juzgado de Guardia", era una de las frases que acuñó Sánchez Ugena.

Tras su paso por el juzgado de Instrucción número 9, el magistrado formó parte de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Sevilla. En 1996 fue nombrado presidente de la Audiencia Provincial de Huelva, cargo en el que fue renovado en 2001, por lo que estuvo diez años al frente de la Audiencia onubense. En 2007 regresó a Sevilla, a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal andaluz y un año después se incorporó a la Audiencia de Sevilla, como presidente de la Sección Primera, cargo que ostentaba hasta su muerte.

Entre sus últimas resoluciones, destaca la sentencia que endureció la condena al torero José Ortega Cano, al que la Audiencia de Sevilla consideró culpable de otro delito contra la Seguridad Vial, por conducir bajo los efectos del alcohol. A lo largo de su carrera protagonizó muchas anécdotas y recientemente recordó a un abogado que suele presentar recursos con un elevado número de folios que "no por mucho escribir se tiene más razón". Sánchez Ugena fue un ejemplo para los jóvenes jueces, a los que proyectaba su pasión y vocación por la judicatura, motivo por el que muchos le recuerdan hoy como su maestro.

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