Generaciones sacrificadas por sus hijos
Episodios sevillanos del siglo XX
ENTREGAS PUBLICADAS: 24 y 31de mayo; 7, 14, 21 y 28 de junio; 5, 12, 19 y 26 de julio; 2, 9, 16, 23 y 30 de agosto; 6,13, 20 y 27 de septiembre; 4, 11,18 y 25 de octubre; 1, 8, 15, 22 y 29 de noviembre; 6, 13, 20 y 27 de diciembre 2009; 3, 10, 17 y 24 de enero de 2010.Aquellos padres y madres que vivieron desde el 36 hasta el 75 todas las penalidades imaginables se quitaron el pan de la boca para darle de comer a sus hijos, para que no sufrieran sus mismas penalidades infantiles
LA Corchuela podría haber sido para la historia el símbolo de la "Ciudad de los Refugios", la pieza clave para legar al siglo XXI el conocimiento de la metamorfosis más trascendente de la ciudad entre las dos Exposiciones que, en 1929 y1992, marcaron su progreso. Pero no hubo cámaras que captaran las imágenes vivas que dieran fe en el futuro de las causas múltiples que provocaron la ruptura de las generaciones nacidas durante los años cincuenta y sesenta. La Corchuela, al final, fue un espejismo.
Sevilla fue un espejo de los cambios sociológicos que estaban aflorando después de la muerte del general Franco, como consecuencia del protagonismo de una nueva clase media que se había consolidado durante la última etapa del Régimen. Además, tanto en la capital como en el conjunto de la provincia, el desarrollo demográfico y la profunda crisis socioeconómica, acentuaron la evolución de las nuevas generaciones hacia posiciones políticas avanzadas.
La situación política, empresarial y sindical era muy compleja y reflejaba desconcierto ante el futuro inmediato, que nadie o muy pocos acertaban a vislumbrar. Pese al largo período del tardofranquismo, que las fuerzas sindicales y políticas de izquierdas aprovecharon para organizar sus centrales en la clandestinidad, sobre todo el comunismo, el empresariado no acababa de ver la necesidad vital de crear organizaciones patronales fuertes. La CEOE era aún un proyecto nacional apenas iniciado en Sevilla. Y lo mismo sucedía con la respuesta partidista, que sólo tuvo dos iniciativas en grupos conservadores y liberales que, además, no encontraron apoyos en la derecha franquista ni en la monárquica. Tanto Godsa como el PSLA tuvieron respuesta en personas identificadas con el centroderecha.
El primero en el tiempo estuvo vinculado a la iniciativa de Manuel Fraga Iribarne, camuflada como empresa de servicios, Godsa, que promovieron en Sevilla el abogado Antonio del Río y el catedrático Juan Jordano, y que luego, aunque con bastantes bajas en el grupo inicial, sería la base de la futura Alianza Popular. Y el segundo, fue el Partido Social Liberal Andaluz (PSLA), fundado por el profesor Manuel Clavero Arévalo, que se fusionó con la Unión de Centro Democrático en 1977 y que sería un vivero de destacados políticos centristas.
Una tercera opción política y anterior a las dos citadas, fue de izquierda, en realidad de izquierda moderada o centrista, aunque en 1970 toda oposición al Régimen se identificaba con el comunismo. Este grupo fue fundado por Alejandro Rojas-Marcos de la Viesca, quien desde poco antes de su dimisión como concejal en el otoño de 1968, expresó abiertamente su rechazo al franquismo en una conferencia pronunciada en la Escuela de Asistentes Sociales. El grupo de oposición dirigido por Rojas-Marcos se tituló Cepe, Sociedad Anónima, y sus iniciales dieron pie a interpretaciones marxistas: CP igual a PC. Fundada en mayo de 1970, oficialmente se trataba de una empresa con objetivos de lícito comercio.
En aquel ambiente político subrepticio, tolerado, crecía una clase media convertida en "colchón social" del Régimen. Obreros cualificados, profesionales liberales, clase media baja, representaron el aval del cambio político de la inmediata Transición Política.
Aquellos padres y madres que vivieron desde el 36 hasta el 75 todas las penalidades imaginables, se quitaron el pan de la boca para darle de comer a sus hijos, para que no sufrieran sus penalidades infantiles y juveniles, para que pudieran estudiar mientras ellos soportaban su analfabetismo. Gente que aprovechaba la ropa de hermano a hermano, de padre a hijo, con pantalones con parches en las rodillas y chaquetas con parches en los codos. Mujeres que no recordaban cuando habían estrenado el vestido habitual, muchas veces regalo de la señora de la casa donde trabajan de asistenta o lavandera o modista. Mujeres abnegadas, hijas pendientes de sus padres, madres entregadas a sus hijos. ¡Qué hermoso testimonio de austeridad, de sacrificio por su descendencia, muchas veces familias numerosas!
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