Guía charrúa para derrotar a los rusos
Calle Rioja
Joaquín Dholdán, escritor y dentista uruguayo afincado en Sevilla, publica una antología de artistas relacionados con el fútbol que incluye una derrota de Rusia... con Brasil
SI Cristiano Ronaldo no hubiera fallado el penalti contra Irán o el VAR no llega a dar por bueno el gol de Iago Aspas a Marruecos, España se habría enfrentado en octavos de final a Uruguay, pero el fallo humano y el acierto mecánico (extraña paradoja) me estropearon una historia muy literaria. David González Romero, editor de El Paseo, me había facilitado el teléfono de Joaquín Dholdán, un uruguayo de Villa del Cerro de Montevideo, dentista con consulta en la calle Feria, que acaba de publicar el libro Genios del Fútbol, 21 semblanzas balompédicas con ilustraciones del manchego Juan Cruz, también con consulta artística en la calle Feria (Diwap). El destino fulminó ese España-Uruguay que Joaquín reedita cada vez que juega al fútbol con Alberto Rodríguez y su pandilla cinematográfica.
Ya tenía hasta el titular: “Si Inglaterra es la madre del fútbol, Uruguay es el padre”. La frase es de Pelé y Joaquín Dholdán la evoca en el único partido de fútbol al que se supone que acudió Jorge Luis Borges, un Uruguay-Argentina en el que acompañó a su amigo Enrique Amorim, amante de Federico García Lorca. El fútbol, al igual que la literatura, es orden y aventura, decía Menotti citando a Borges, que el día que su país ganaba el Mundial de 1978 estaba dando una conferencia sobre la inmortalidad y el año que ganó el de México 1986 impartía un máster sobre la mortalidad: murió el primer día de descanso de ese campeonato, finalizada la primera fase.
En este libro suena las músicas futboleras de Joaquín Sabina, Jorge Drexler, Noel Gallagher, Rod Stewart, Bob Marley, Chico Buarque y Silvio Fernández Melgarejo, anti-sistema con el alma: “... ¡No me va a gustar si el fútbol es la única manera de tener un himno, un escudo y una bandera sin tener que meterse en política!”. El dentista Dholdán evoca el mordisco de Luis Suárez a Chiellini en el Mundial de Brasil. El descarte no es completo, ya que la selección charrúa se enfrentará a un equipo de la Península Ibérica. Genios del Fútbol es, en cualquier caso, una buena guía para afrontar el España-Rusia de la hora de la siesta del próximo domingo, 54 años después del gol de Marcelino a la Araña Negra.
Tres goles literarios a Rusia. 1-0-. Primer capítulo del libro, titulado Silencio en las gradas. El protagonista se llama Vladimir Nabokov. El 22 de abril de 1949 el autor de Lolita jugó su último partido de fútbol. Era el portero del equipo desde que había llegado a Estados Unidos y ese día cumplía 50 años. En una novela divertidísima, Pnin, compara la cosmogonía con el gesto exculpatorio que hacen los defensas cuando dicen que iban por el balón y no la pierna del contrario.
El segundo gol es muy cinematográfico. El capítulo se titula El partido de la muerte. John Huston buscaba financiación para llevar al cine un relato del libro de James Joyce Dublineses y de pronto a su oficina llegó el guión de lo que finalmente sería ‘Evasión o Victoria, que alguien ha dicho que es la mejor película sobre fútbol y la peor de John Huston. El punto de partida es la odisea de Nikolai Trusevich, portero del Dinamo de Kiev rescatado de la ocupación nazi por un panadero alemán y finalmente capturado por la Gestapo. En la película participaron futbolistas de verdad: el argentino Ardiles, el polaco Deyna o el mismo Pelé, que en el libro de Joaquín aparece en otros relatos que protagonizan Abndy Warhol o Garrincha, el asombro del Mundial de Chile.
El tercer gol a los rusos es el más espectacular. Vladimir Vassiliev, primera estrella del ballet del Bolshoi, aparece vestido de futbolista, con el número 5 de la selección de la Unión Soviética, en el cumpleaños del maestro Asaf Mikhailovich Messerer. La música clásica se mezcla con el fútbol con la presencia de la selección rusa en el Mundial de Estados Unidos 1994 (esta vez no han hecho el viaje a la inversa). Dos hijos del bailarín fueron futbolistas profesionales. Rusia perdió 2-0 contra Brasil. Romario y Raí le marcaron los goles el 21 de junio de ese año.
Italia no está en este Mundial, pero el cerreño que encontró su península balompédica en la Isla Mínima incluye en su selección a Umberto Eco y a Pier Paolo Pasolini, que en los descansos de los rodajes gustaba de disputarle partidos al equipo técnico de Bernardo Bertolucci. “Los cineastas lo odiaban por envidiar su talento, los conservadores por comunista, los comunistas por homosexual, los homosexuales por amar el fútbol...”. Un libro con un Nobel de Literatura, Albert Camus, y tres que lo merecieron: Nabokov, Borges y Joyce, los tres enterrados en tierra suiza.
No hubo cruce literario, se disipó el España-Uruguay. Ellos contra los lusos, nosotros contra los rusos. “Si tuviera que armar mi banda de rock con futbolistas”, cita al cantante de Oasis, “tendría a Zidane en la guitarra,a Mario Balotelli en la batería, a Patrick Viera en el bajo, y el cantante sería George Best”. Zidane vino de Argelia, como Camus, que le debía al fútbol lo que aprendió “acerca de la moral y de las obligaciones de los hombres”.
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