Historia de un reino que no tenía capital

Calle Rioja

Manuel Ravina ingresa en la Academia Andaluza de la Historia con una apasionante historia del Archivo de Indias que dirige, la antigua Casa Lonja de Sevilla

Manuel Ravina, junto a Fernando de Artacho y Miguel Cruz Giráldez, en el Ateneo.
Manuel Ravina, junto a Fernando de Artacho y Miguel Cruz Giráldez, en el Ateneo. / Juan Carlos Muñoz

LA pregunta, ¿por qué está en Sevilla el Archivo de Indias?, es tan apasionante como la respuesta. La dio Manuel Ravina (Cádiz, 1949) en su charla, “no les voy a dar un discurso”, de ingreso en la Academia Andaluza de la Historia. Está por una doble lejanía: Simancas y América.

14 de octubre de 1785. Ese día se considera el de la fundación del Archivo General de Indias. Es el día que llegan a Sevilla 24 carretas cargadas de documentos de Simancas. El mismo itinerario que hicieron los futbolistas del Valladolid para jugar ayer con el Betis.

Una historia que arranca de la Edad Media. El reino de Aragón tenía la capital en Barcelona. El de Castilla era el único reino del mundo que no tenía capital. “Tenía una corte itinerante que iba de castillo en castillo, de monasterio en monasterio”. Por eso Carlos V decide crear el Archivo de Simancas. Según la archivística francesa, “el modelo de lo que no puede ser un archivo”. Era un castillo con guarnición militar. “Tenía información, la información es poder y el poder sólo es del rey”.

Todo cambia con una esdrújula fundamental: América. “Al principio no se sabe lo que es, una isla, una península, un archipiélago, un continente”.Los temas de América se pasan al Consejo de Castilla “porque se cree que es un tema anodino”. En 1503 se crea la Casa de la Contratación, el monopolio de Sevilla en el comercio con América; en 1543 nace el Consejo de Indias. Y en 1573 el Consulado, con el que Felipe II intenta apaciguar el conflicto entre el cabildo y los comerciantes que usan las gradas de la Catedral para sus tratos.

Un arquitecto que nunca estuvo en Sevilla y un cosmógrafo que no había puesto los pies en América son personajes fundamentales de esta historia. Juan de Herrera, el arquitecto del Escorial, diseña el cubo mágico que será la Casa Lonja. Y Juan Bautista Muñoz recibe el encargo de Carlos III de escribir una Historia de América que contrarreste los libros del escocés William Robertson, al que le prohibieron el acceso a Simancas, y del francés Guillaume Raynauld.

El detonante del traslado de Simancas a Sevilla lo provocó un enfado real. O un real enfado. Carlos III, según Ravina, estaba obsesionado con los jesuitas, con expulsarlos y borrarlos del mapa. Pide a Simancas un documento sobre el pleito de la Compañía de Jesús con el obispo Palafox, gran detractor. No aparece y envía al conde de Floridablanca. “El documento no aparecía, no apareció. Ahora está en el Archivo de Indias”.

En el siglo XVIII los Borbones introdujeron una revolución política. Al modo francés, crean la figura de secretario de Estado, equivalente a ministro. José de Gálvez, un pastor de cabras del pueblo malagueño de Macharaviaya, será el primer secretario de Estado de Indias. Acaba con el monopolio marítimo de Sevilla, impulsa la reforma del Archivo de Simancas y pone en marcha el de Indias.

El rey Carlos III vivió cinco años en Sevilla en su adolescencia. Conocía de sobra el esplendor de la zona entre la Catedral y el Alcázar y apoyó que relevara a Simancas. Archivo de Indias en plural.Indias Occidentales de América;Orientales, de Asia. Juan Bautista Muñoz medía mejor los continentes que las manzanas. “Cometió un error garrafal en su diseño del Archivo. Había más legajos que estanterías”, dice Ravina. Con el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz, la Casa Lonja se malbarató. La planta baja acogía muebles de la Catedral y en la superior vivían once inquilinos, familiares de funcionarios del Consulado. Hubo que hacer una doble evacuación de trastos y personas.

La Unesco declaró en 1987 Patrimonio Mundial la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias. “Catedrales hay otras, Alcázares también, pero es el único Archivo del Mundo declarado Patrimonio de la Humanidad”. Con la muerte de Gálvez, las obras decayeron. Las estanterías son obra de Villanueva, que reformó Simancas. Un archivo que es fuente documental, tesoro –tiene 23 guardias de seguridad– y símbolo. Y que en 1992 se digitalizó. El año pasado se hicieron en internet más de dos millones de consultas.

Por falta de espacio están en el Archivo Histórico Nacional de Madrid cuatro mil cajas del Consejo de Indias. Vendrán a este Archivo que no cerró ni en la guerra civil. “El 20 de julio de 1936 era lunes y abrió con las tropas de Queipo desfilando por la Avenida”. Rafael Moneo elige la Casa Lonja junto a la Alhambra y la Mezquita de Córdoba en su libro Tres edificios de España. Ravina dice que se eligió para Archivo “porque nunca se ha inundado”. Y está lleno de historias de ríos y océanos.

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