Matemáticas para Príncipes

Calle Rioja

En una visita a Sevilla, los entonces Príncipes Felipe y Letizia le pidieron a López Garzón, delegado del Gobierno y profesor, que les explicara las derivadas y las integrales

López Garzón acompaña a los Príncipes Felipe y Letizia en 2010 junto a Griñán y Monteseirín.
López Garzón acompaña a los Príncipes Felipe y Letizia en 2010 junto a Griñán y Monteseirín. / Juan Carlos Vázquez

EL verano es para las bicicletas, como el texto de Fernando Fernán Gómez que Jaime Chávarri llevó al cine y ahora se puede ver en teatro, y también para las Matemáticas. No es raro encontrar en algunos balcones o tablones de anuncios carteles de esta guisa: Se dan clases particulares de Matemáticas. La esdrújula más odiada por los escolares, que seguro que preferían que la suprimieran en lugar de la Religión, pura álgebra del Uno y Trino. Por algo sigue siendo la titulación con la nota de corte más alta.

Ésta es la historia de un profesor muy particular de Matemáticas. Juan José López Garzón, ya jubilado, no era un profesor cualquiera, sino catedrático de Matemáticas Aplicadas. El sucedido me lo contó en Antares. Entre un público de dirigentes del PP, incluido el ex ministro Javier Arenas, asistió a la charla que el periodista Cristóbal Cervantes mantuvo con Josep Piqué sobre el libro El mundo que nos viene (Deusto). Dos días después de que otro Piqué, Gerard, precipitara la eliminación de España en el Mundial por el penalti a Rusia.

López Garzón es un tipo sin convenciones ni prejuicios. Si el libro le interesa, le da igual que su autor haya sido miembro del primer Gobierno de José María Aznar, el que ganó las elecciones en 1996 y acabó con el primer periodo de López Garzón como delegado del Gobierno en Andalucía. En el despacho de la Torre Sur lo relevó José López Hurtado, que sería alcalde de Granada hasta su defenestración judicial. López Garzón sustituyó a Amparo Rubiales como delegado del Gobierno y gobernador civil. Fue el último, pues como contó alguna vez, en el préstamo de sus votos para la investidura de Aznar, Jordi Pujol exigió la supresión de los gobernadores civiles.

Después del triunfo de Zapatero en las elecciones de 2004, el mismo año que contraen matrimonio Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, López Garzón volvió a ocupar la delegación del Gobierno en Andalucía, ese cargo en el que recientemente Alfonso Rodríguez Gómez de Celis sustituyó con la caballerosidad de los leales adversarios a Antonio Sanz. El 18 de octubre de 2010 López Garzón fue cesado en el cargo y pidió su reincorporación a la enseñanza universitaria. No tardó ni cuatro meses en volver a clase. Debe marcar haber estudiado en el instituto de Baeza donde Antonio Machado fue catedrático de Francés, el idioma de los balones.

En la presentación del libro de Piqué, López Garzón confraternizó con Javier Arenas y después con Javier Pérez Royo. Estos Javieres son el agua y el aceite de la política nacional. Pérez Royo pasó por la sala central de Antares con su atuendo de Marathon Man, ajeno a las reflexiones que Josep Piqué hacía sobre el futuro que nos espera en un mundo post-occidental con valores occidentales.

En un receso de la presentación, López Garzón le contó a este cronista esta historia de las Matemáticas. En una de sus visitas como Príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz se sentaron junto al profesor. La entonces princesa y hoy reina de España hizo un aparte con el entonces delegado del Gobierno en Andalucía y le pidió que le explicara cuál era el verdadero sentido de las derivadas. Echó mano de su bagaje y lo mejor que pudo le hizo una síntesis de ese concepto que tantos suspensos provoca en institutos y Universidades. Doña Letizia le confesó que aunque al final se decantó profesionalmente por el periodismo, en COU había elegido asignaturas de Ciencias, por las que sentía especial debilidad.

La sorpresa de López Garzón fue mayúscula cuando un día después, en otro de los actos institucionales a los que habían acudido tan notables invitados, fue el príncipe Felipe el que se le acercó y le dijo que él no quería ser menos, y que le explicara la utilidad de las integrales. Otra pesadilla no menos kafkiana, como los logaritmos neperianos o la división por el sistema de Rufini. En su regreso a las aulas, el profesor López Garzón confesaba hace siete años que saber matemáticas “me vino estupendamente en política”.

Sin la sutileza de las derivadas y las integrales, esos alisios y contralisios de los tratados del gran matemático Sixto Ríos, la política se ha convertido en política pura. No lo era en las dictaduras ni lo fue en las mayorías absolutas, pero hay circunstancias en las que en política dos más dos son cinco. López Garzón fue el último gobernador civil de Felipe González, que en las primeras elecciones de 1982 ganó con 202 diputados. Puro Mágico González, rescatando la visita del salvadoreño a los escenarios del Ramón de Carranza. Por contra, Rodríguez Gómez de Celis es el primer delegado del Gobierno en Andalucía de un presidente cuyo partido sólo tenía 84 escaños. Minimalismo político, aunque los actuales Reyes Felipe y Letizia se interesarían por esas cuestiones por motivaciones menos prosaicas y materiales. De concejal a presidente del Gobierno, la única persona a la que Pedro Sánchez ganó en un duelo de urnas es a Susana Díaz. que ha sido anfitriona de los Reyes de España en la Fundación Tres Culturas y en la conmemoración de la batalla de Bailén. Como el minimalismo del perdedor Casado que ganó a Soraya.

Integrales y derivadas. La abstracción de los números como en un cuadro de Kandinsky convertido en raíz cuadrada. Igual que los gobernadores civiles, los decimales entraron en vías de extinción. Ese día Piqué dijo que si no se hubiera lesionado Cavani, su favorito para el Mundial era Uruguay. La Monarquía es Historia y también Matemáticas. Los reyes lucen con su nombre números romanos y ordinales.

stats