Sevilla

La Policía recomienda guardar las joyas de valor en distintos lugares de la vivienda

  • Los robos duran muy pocos minutos y los ladrones buscan las joyas en los dormitorios.

Una vez que los ladrones consiguen entrar en las viviendas, los robos se producen en cuestión de minutos. Los asaltantes buscan principalmente joyas de oro, dinero en metálico y artículos electrónicos que puedan revender con facilidad. Teléfonos móviles, ordenadores portátiles, tabletas y televisores de alta gama son los objetos preferidos por algunas de estas bandas.

Otras ni siquiera se llevan estos artículos y se quedan sólo las joyas y el dinero para no tener que cargar con mercancía pesada ni despertar sospechas ante posibles testigos. El elevado precio del oro, que no deja de aumentar su valor de la mano de la crisis económica, ha provocado que haya bandas especializadas única y exclusivamente en el robo de joyas.

Por ello, la Policía recomienda que se guarden las alhajas en distintos lugares de la casa y no siempre se tengan en los dormitorios las piezas más preciadas. Siempre es aconsejable dejar algunas piezas, no las más valiosas, en los dormitorios, que son las estancias donde los delincuentes siempre buscan en primer lugar. De esta forma, si ya tienen en su poder algunas sortijas, es posible que no sigan rebuscando en otras zonas de la casa.

Estas bandas de ladrones suelen actuar principalmente de día en bloques en los que la mayoría de sus habitantes están trabajando fuera, a diferencia de los que utilizan métodos más tradicionales como el escalo, que casi siempre operan de noche. No son delincuentes violentos y, si son sorprendidos por alguna persona, suelen marcharse del edificio sin agredir a nadie. En una misma mañana pueden robar en varios pisos de la misma zona. Como se trata de robos muy rápidos, es muy aconsejable que se eche siempre la llave aunque se haya salido de la casa simplemente por unos minutos. Esta costumbre puede retrasar algo la apertura de la puerta y, con suerte, el inquilino puede regresar a tiempo de sorprender a los ladrones manipulando su cerradura. Algunos de estos delitos se han producido en el tiempo que las víctimas emplean en ir a recoger a los niños del colegio o de ir a comprar el pan.

Esta especialización de los delincuentes supone un problema añadido a la hora de investigar los robos. La mayoría de las pólizas de seguro no cubren robos sin ningún daño en puertas o ventanas, ya que es difícil demostrar que realmente se ha sufrido este asalto de la vivienda y no se trata de una denuncia falsa. El hecho de que se hayan dado más casos de denuncias falsas a raíz de la crisis económica también ha llevado a las compañías aseguradoras a extremar su celo en la investigación de sus casos.

Ante esta situación, muchos afectados por los robos sin daños han optado por destrozar la puerta antes de denunciar el robo y así poder cobrar la indemnización del seguro. Sin embargo, para la Policía esto supone un verdadero problema, ya que se contamina la escena en la que se ha producido el robo y se pierde la valiosa información que puede aportar el análisis del modus operandi de los ladrones.

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